El Govern ha doblado el número de efectivos desplegados en Collserola para evitar que el brote de peste porcina africana desborde a otros territorios. El dispositivo de agentes pasa de 500 a 1.000, con el fin de blindarse de cara al fin de semana, según ha explicado el conseller de Agricultura, Óscar Ordeig. En el radio de 20 kilómetros definido como perímetro distintos francotiradores se han instalado en torretas para ir abatiendo a jabalíes con armas con silenciador.
La Generalitat extrema las precauciones para contener el foco de contagio y mandar una imagen de rigor de cara a los mercados extranjeros. «El país se juega mucho», tal como ha ido repitiendo durante los últimos días el conseller y si el brote no desborda, ahora mismo el impacto económico sería «asumible», según ha valorado.
Ordeig ha recibido con satisfacción la decisión de la Unión Europea de elevar hasta los 91 los municipios consideradors como infectados, ya que ello no implica a más granjas. El perímetro de damnificadas sigue siendo de 39, donde no se han registrado nuevos positivos.
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