Como de rotondas y de contenedores imposibilitando la salida de vecinos de sus inmuebles, vamos bien servidos, me ha parecido una buena idea, dada la ocupación hotelera que registra Zamora, que se haya hospedado a los Reyes Magos, en una de las múltiples rotondas que no se sabe bien si han humanizado o por el contrario deshumanizado nuestra hermosa ciudad.
La verdad es que Melchor, Gaspar y Baltasar lucen bonito en la rotonda junto a Los Pelambres, a la entrada de San Frontis. Ha sido una buena idea y hay que aplaudirla. El aplauso podría ser una ovación cerrada si se hubiera hecho lo propio con el resto de rotondas urbanas, hay unas cuantas. No voy a pedir la multiplicación de los Reyes Magos como si la de los panes y los peces fuera, pero, anda, que no hay motivos navideños suficientes para haber llenado de Navidad esos destartalados espacios que en otras ciudades de nuestro entorno se prestan a llenar de arte.
Nos faltan figuras conmemorativas. Los ajeros y alfareros de San Pedro bien se merecen su réplica en bronce o lo que quiera que sea el material de su fabricación. Y como eso todo lo demás. Para ello hay que tener más voluntad que dinero y tengo para mí que la voluntad es nula. Como la de soterrar los contenedores. Se diga lo que se diga al respecto, en el Ayuntamiento te hacen un caso como ayer que ya pasó. Si nuestros amados y nunca bien ponderados ediles se dieran un garbeo por los lugares afectados, lo entenderían mejor. Y luego piden el respeto y la comprensión vecinal. Y, a los vecinos ¿quién los respeta y comprende?
No sé a estas alturas si se está a tiempo o no de poner algún adornico en las rotondas urbanas y en las de acceso a la capital. Un arbolico de Navidad, el Nacimiento, que es lo que se conmemora, unos pastorcicos con sus ovejitas, sería una bonita forma de homenajear a los pastores zamoranos de todos los tiempos, al fin y al cabo ellos fueron los primeros en acercarse a adorar al Niño Dios.
Los de los Reyes Magos, un acierto pleno que se hubiera visto enriquecido de haber tenido en cuenta el resto de espacios urbanos tan desasistidos de atención.
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