Las luces de la Navidad

Ya estamos en Navidad, y desde hace varios días; en la capital y en los pueblos, que cada vez ofrecen más atractivos para visitarlos en estas fiestas. Aquí, como en el resto del país, lo suyo era adentrarse en el espíritu navideño con todas sus consecuencias –adornos, compras, regalos, reuniones familiares y de amigos…- cuando se iba acercando el 24 de diciembre. Concretamente el 22, día en que como todo el mundo sabe desde la cuna, los niños de San Ildefonso se hartan de repartir millones a cuenta de la lotería, dando con este rito, en el que la emoción más pura se mezcla con el vil metal, el pistoletazo de salida a unas fechas que encantan a muchos y otros tantos aborrecen. Y nadie daba por inaugurado un belén, fuera público o doméstico, antes del 8, festividad de la Inmaculada, como no se recogían las figuritas hasta la Candelaria, el 2 de febrero. Pero desde que entró la globalidad y asumimos hábitos del mundo anglosajón, que se derrite con los gozos de la Navidad en cuanto acaba Halloween –aunque el 2 de enero desaparece cuanto pueda recordarla-, cada año se adelanta un poco más la celebración. En el caso de Córdoba lo hace dos días respecto al año pasado, en que como los anteriores se procedió a la inauguración del alumbrado en jueves, víspera del delirio colectivo del puente de la Constitución. Esta vez, en cambio, los más de millón y medio de puntos de luz de Cruz Conde, con su espectáculo de luz y sonido, marcaron el pasado martes con la cantante India Martínez como maestra de ceremonias la cuenta atrás de la llegada del Niño Dios, que era lo que si mal no recuerdo antiguamente se celebraba.

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