A Joan Pradells le ha tocado vivir durante estos últimos meses la cara más positiva del culturismo profesional. Una temporada de ensueño con cinco competiciones y resultados muy cerca de la clasificación al Mr. Olympia: Reino Unido (tercero), República Checa (quinto), Polonia (segundo), Rumanía (segundo) y Japón (tercero). «He tenido una temporada muy buena, espectacular a nivel de resultados, sobre todo con mi edad (28 años) y mi categoría, ha sido mi pasada», resume en un vídeo en su canal de Youtube.
Sin embargo, este es un deporte de alto riesgo a nivel de salud y que está sólo al alcance de unos pocos privilegiados tanto a nivel genético como a nivel de sacrificio mental. En un ejercicio de transparencia, Pradells revela qué es lo mejor y lo peor del culturismo. Empezando por lo negativo, Joan saca a relucir el tema polémico por excelencia.
«La primera y más importante, sin duda, es el uso de sustancias (química). Nunca he querido que esté en un primer plano, aunque es algo que si haces con mucha cabeza hay un modo de llevarlo. Intentamos apartarlo de nuestra vida», confiesa. Lo cierto es que, como menciona Joan, existe un miedo a la normalización del uso de química, algo que está más que aceptado entre todos los competidores que usan pero que no debería ser algo «accesible» al público general. Así lo definía Esteban Calatayud, exculturista que dejó este mundo por los riesgos que conlleva el uso de estas sustancias.
En segundo lugar, apunta hacia la «restricción social«. «No es bueno encerrarse, entrenar como un culturista no tiene ningún sentido a no ser que te dediques a ello». Por otra parte, destaca un gran problema relacionado también con la salud: los trastornos de la conducta alimentaria. «Esto es algo que no se habla, sobre todo en mujeres, y se da el caso en etapas más jóvenes de atracones. Si ya vienes de algo así, entrar en el culturismo puede aumentar el riesgo».
Otro problema habitual entre los que se dedican a este deporte es la dismorfia corporal: «Me veo fatal en las semanas de competición, es algo muy subjetivo y acabas viéndote mal. No voy nunca sin camiseta fuera de tarima, no me gusta». Precisamente esta subjetividad y el poco retorno económico son dos puntos negativos que destaca Joan: «Nunca sabes si vas a estar mejor o peor que la otra persona, es muy complicado asumir esto a nivel mental según lo que opine un juez».
En el lado positivo, Joan Pradells saca a relucir lo mejor de un deporte que implica el máximo nivel de entre todos aquellos que pisan alguna vez un gimnasio: «Entrenar te cambia la vida, es muy positivo. Los gimnasios están llenos, ojalá siga así, y el culturismo conlleva que motive a gente a empezar a hacerlo». En segundo lugar, destaca la disciplina y la fuente de inspiración en otras personas: «No lo aplicas solo al culturismo, te hace disciplinado en el trabajo, en los estudios, a mí me ha ayudado mucho»; «Es increíble poder cambiarle la vida a alguien, hay mucha gente que no se siente cómoda con su cuerpo antes de empezar a entrenar».














