Grecia ha iniciado este jueves el juicio contra 24 activistas griegos y de varios países en la isla de Lesbos por «facilitar la entrada de inmigrantes ilegales, lavado de dinero, espionaje» y otros supuestos crímenes. El proceso ha sido catalogadode «farsa» por varias oenegés internacionales.
Entre los acusados —que fueron detenidos y mantenidos en prisión preventiva durante tres meses en 2018 se encuentra la nadadora profesional siria Sarah Mardini, cuya historia —la joven ayudó en el rescate de barcos a la deriva— inspiró la película ‘Las Nadadoras’ de Netflix.
«Hemos mandado una delegación a Lesbos para mostrar nuestra solidaridad. Esta gente hizo lo que cualquiera haría en circunstancias similares: ayudar y mostrar compasión a los demás cuando están en una situación de emergencia. Este juicio ha contribuido enormemente en crear un clima de hostilidad e intimidación contra las organizaciones de la sociedad civil que buscan ayudar a la gente que huye de las guerras y conflictos. Es directamente una farsa que este juicio esté ocurriendo», declaró este miércoles Laith Abu Zeyad, miembro de Amnistía Internacional.
La fiscalía acusa a los 24 activistas puestos ante el juez de espiar e interceptar los canales de radio de la Guardia Costera griega, de interceptar lanchas de refugiados desde aguas turcas y de usar aplicaciones de mensajería encriptada para saber con antelación el lugar de los barcos con migrantes en dirección a Grecia. Los acusados, sin embargo, lo niegan todo, y aseguran que no esperan otro resultado que la absolución. Todos se enfrentan a cargos que podrían sumar más de 20 años de cárcel.
«Francamente, me alegra que estemos aquí… Ya estamos en nuestro séptimo año esperando el juicio, y queríamos llegar a este punto porque estamos bastante seguros de que realizar operaciones de búsqueda y rescate no es un delito, y el tribunal lo determinará. Hasta que no haya sentencia, la sospecha de criminalidad se cernirá no solo sobre nosotros, sino sobre todos los actos de búsqueda y rescate, todo el humanitarismo y toda la solidaridad», ha declarado a la prensa griega, desde Lesbos, Sean Binder, rescatista irlandés y uno de los acusados.
Una ruta criminalizada
Durante los últimos años y sobre todo desde los años de la pandemia, en 2021, Grecia y su Gobierno conservador empezó una campaña de acoso y derribo contra las organizaciones de rescate y, también, contra las lanchas de refugiados que llegaban a la costa helena.
Ahora ya no queda ninguna organización de ayuda que opere en las aguas del Egeo, y la Guardia Costera griega ha convertido en su ‘modus operandi’ habitual el robar, amedrentar y deportar ilegalmente a refugiados y migrantes que intentan cruzar el mar desde Turquía, según multiples investigaciones internacionales.
Este 2025, según datos de Naciones Unidas, 40.000 personas han llegado a Europa a través de las costas helenas, un número muy bajo en comparación a 2015 y 2016, cuando llegaron, a través de esta ruta, casi un millón de personas.
Los activistas puestos ante la justicia griega este jueves fueron ya declarados «no culpables» en 2023 por «cargos menores de espionaje». «Este juicio debería alertar no solo a la sociedad civil europea, sino también a la capacidad de cualquier persona para actuar según su conciencia —ha declarado Amnistía Internacional—. No se trata solo de Seán y Sarah, sino de la solidaridad misma. La criminalización de quienes muestran compasión por quienes se ven obligados a abandonar sus hogares debido a la guerra, la violencia u otras dificultades debe parar».
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