- Grupo de Información de la Comandancia de Alicante
- Presumió ante una mujer que había conocido en Tinder
- Consultó datos personales en Sinves-Aquila
- La mujer se lo contó a un sargento 1º
- Le abrieron expediente por “violación de secreto profesional”
- Dos meses de suspensión de empleo
- Información clasificada como ‘Secreto’
- Informe técnico certificó las consultas en la base de datos
- Relevó la metodología de la Jefatura de Información
- “Conducta de extraordinaria repercusión en la disciplina”
Grupo de Información de la Comandancia de Alicante
Las sanciones a miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que utilizan de forma particular información de esas bases de datos se han convertido en frecuentes.
De hecho, algunos casos van llegando a los tribunales, cuando los agentes ‘cazados’ consultando datos que no deben son sancionados tras un expediente disciplinario, y ellos recurren para tratar de anular ese castigo.
Confidencial Digital ha consultado una sentencia del Tribunal Militar Central que confirma la sanción a un guardia civil que cuando estaba destinado en una unidad del Servicio de Información extrajo datos de una base muy restringida sobre una mujer a la que conoció por Tinder.
El guardia civil trabajaba en el Grupo de Información de la Comandancia de Alicante.
Las unidades de Información vigilan a sospechosos de terrorismo (ahora principalmente el yihadista), grupos radicales y antisistema, ciertas organizaciones criminales…
Presumió ante una mujer que había conocido en Tinder
En el mes de febrero, el agente conoció a una mujer a través de la aplicación de contactos Tinder. Según la sentencia, cuando habló con ella se identificó como guardia civil de la Comandancia de Alicante.
Parece que quiso presumir ante ella, porque le contó que estaba destinado en una unidad donde se dedicaban a perseguir a los “malos, pero a los más malos”.
Consultó datos personales en Sinves-Aquila
Cuando ya estaban hablando por WhatsApp, el guardia civil y la mujer “van comentando una serie de datos de índole personal y familiar sobre la vida de esta, a los que el agente tiene acceso a través de la base de datos Sinves-Aquila, llegando incluso a extraer y compartir una serie de fotografías que constan en el expediente del permiso de conducir de la referida”.
La sentencia establece como hecho probado, a la vista del expediente disciplinario, que “entre los días 23 y 24 de febrero de 2022, el guardia civil, destinado en el Grupo de Información de la comandancia de Alicante, realiza una serie de búsquedas y consultas en la base de datos Sinves-Aquila, en relación con la persona de […] y el número telefónico […]”.
Lógicamente, “dichas consultas no guardan relación con ningún tipo de servicio o actividad relacionada con los cometidos que le son propios al guardia en su destino”.
Según la autoridad disciplinaria y el Tribunal Militar Central, “no queda acreditado que las consultas estuvieran encaminadas a comprobar la posible comisión de un delito, tal y como manifiesta el encartado, ya que en ningún momento se comunicó novedad a sus superiores, ni se abrieron diligencias policiales sobre el supuesto delito, ni se trataba de indagaciones propias de una investigación”.
La conclusión fue que “más bien se trataba de consultas con ciertas características de un flirteo para supuestamente tratar de impresionar” a la mujer con la que había contactado en Tinder.
Ante esa exhibición de información, ¿cómo reaccionó la afectada?
La mujer se lo contó a un sargento 1º
En principio quedó “muy sorprendida” con el hecho de que el guardia civil tuviera acceso a tal cantidad de datos, tan confidenciales e íntimos sobre su pasado y su vida actual.
Pero no mostró “oposición o queja ante la curiosidad de saber hasta dónde podían llegar las consultas que realizaba el guardia”.
Lo que sí hizo más tarde fue contarle todo a un antiguo novio, que era sargento 1º de la Guardia Civil, “lo sucedido y lo que consideró una intromisión en su honor, manifestando su malestar, pero sin intención de presentar denuncia penal por lo sucedido”.
Presentara o no denuncia, lo cierto es que la información ascendió por la cadena de mando de la Guardia Civil.
Le abrieron expediente por “violación de secreto profesional”
El general jefe de la VIª Zona de Valencia (que incluye la comandancia de Alicante) acordó el 23 de mayo de 2022 incoar un expediente disciplinario a este agente como presunto autor de la falta grave consistente en “la violación de secreto profesional”, tipificada en apartado 8 del artículo 8 de la Ley Orgánica 12/2007, de 22 de octubre, de Régimen Disciplinario de la Guardia Civil, o subsidiariamente de no acreditarse todos los elementos de dicho tipo de la falta grave de “la infracción de cualquier otro deber u obligación legal o reglamentariamente establecida que resulte inherente al cargo o a la función, cuando se produzca de forma grave y manifiesta”, prevista en el numeral 37 del artículo 8 de la norma sancionadora.
Al abrirle ese expediente el general acordó una medida cautelar: el cese en funciones del expedientado por un período de tres meses. Esa suspensión se puede adoptar si se investigan hechos graves que requieren que el investigado sea apartado de forma inmediata de su puesto, para que deje de cometer la falta de la que se le acusa.
Dos meses de suspensión de empleo
El expediente concluyó con sanción. El general jefe de la VIª Zona acordó el 27 de septiembre de 2022 imponerle la sanción de suspensión de empleo de dos meses como autor de una falta grave consistente en “la infracción de cualquier otro deber u obligación legal o reglamentariamente establecida que resulte inherente al cargo o a la función, cuando se produzca de forma grave y manifiesta”.
El guardia civil recurrió en alzada, y la directora general de la Guardia Civil desestimó el recurso el 3 de enero de 2023. Entonces acudió al Tribunal Militar Central.
Información clasificada como ‘Secreto’
El tribunal recogió en la sentencia que la base de datos de la Guardia Civil Sinves-Aquila “está destinada al uso exclusivo del personal que presta sus servicios en las Unidades del Servicio de Información”.
Es una base de datos muy restringida, hasta el punto de que su contenido es información clasificada con el grado máximo, ‘Secreto’, según lo dispuesto en la Ley 9/1968, sobre Secretos Oficiales.
¿Cómo pillaron a este guardia civil? “Cada vez que un usuario autorizado solicita entrar en dicha base de datos, previa identificación con su clave personal, es advertido por el sistema de las consecuencias disciplinarias y penales que tiene un acceso y/o uso indebido de la misma”, se explica en la sentencia.
Informe técnico certificó las consultas en la base de datos
Durante la investigación interna, el coronel jefe del Área Técnica de la Jefatura de Información emitió un informe que certificó las consultas realizadas por el guardia civil sobre esa mujer con la que hablaba por WhatsApp tras conocerla en la aplicación de contactos.
También se aportó a la investigación un informe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, firmado por un capitán, sobre el acceso irregular a la base de datos.
Incluso se analizaron pantallazos de las conversaciones por WhatsApp entre el guardia civil y la mujer.
Prestaron declaración el sargento 1º a la que ella contó los hechos, así como un teniente coronel, dos capitanes y un cabo 1º.
Relevó la metodología de la Jefatura de Información
El Tribunal Militar Central consideró que la actuación del guardia civil vulneró derechos fundamentales de los ciudadanos, al utilizar “para fines ajenos al servicio las herramientas de investigación a su disposición”.
Dio por probado que “accedió a la base de datos al margen de toda actuación judicial o policial, obteniendo datos de una señora a la que posteriormente mandaba mensajes con contenido de la información obtenida en los archivos confidenciales a los que tenía acceso por razón de su cargo o función”.
A juicio del tribunal, “con su conducta, el guardia ha comprometido el deber de confidencialidad dentro de una unidad como es el Servicio de Información, ya que ha evidenciado y puesto de manifiesto ante una persona ajena al cuerpo los recursos y metodología de los que dispone la administración para investigar y prevenir actos delictivos de especial relevancia”.
La sentencia pone de relieve la gravedad del comportamiento del agente: “Se trata de una conducta de extraordinaria repercusión en la disciplina a la que, junto a la jerarquía y subordinación, deben adecuar su actuación profesional los integrantes de la Guardia Civil”.
Por todo ello el Tribunal Militar Central desestimó el recurso y confirmó la sanción impuesta por la Guardia Civil: dos meses de suspensión de empleo.
La estructura interna y otros detalles de las unidades de la Jefatura de Información de la Guardia Civil son información clasificada, y por ello se conocen pocos datos.
Sobre la base de datos Sinves-Aquila, en alguna ocasión personas que han sido investigadas por la Guardia Civil, o que lo han sospechado, han presentado denuncias o quejas a la Agencia Española de Protección de Datos, para tratar de conocer qué información sobre ellos se encuentran almacenada allí.
Koldo García, el ex asesor de José Luis Ábalos ahora en prisión provisional, ha denunciado que agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil hicieron sobre él una investigación “prospectiva”, consultando bases de datos sobre el Sistema Integrado de Gestión Operativa (SIGO), el Sistema de Registro de Investigaciones del Centro de Inteligencia contra Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), y también la base de datos Sinves-Aquila.














