Es mejor hablarlo y pedir ayuda

El acoso escolar sigue siendo una realidad en las aulas y patios, pero cada vez más niños se atreven a levantar la voz para contar su experiencia y, sobre todo, para ayudar a los demás. Es el caso de Alejandra, de 9 años, y de Lucas, ambos alumnos del colegio Sagrada Familia  Siervas de San José , que han relatado sus vivencias para visibilizar el problema y ofrecer una solución clara: comunicación.

La importancia de contarlo

Alejandra ha contado que, aunque ahora no sufre acoso, «de pequeña vi una niña en el colegio que, se metía conmigo y con todo el mundo». Esta situación la hacía sentir «triste, pero también enfadada, porque no me gustaban las cosas que me decían».

Al principio, el miedo la paralizó. La otra niña «me amenazaba», confiesa, lo que la llevó a guardar silencio durante un tiempo. Sin embargo, finalmente decidió dar el paso y contárselo a sus padres y a un profesor. La intervención de los adultos fue inmediata y efectiva.

La experiencia le ha servido para ser más empática. Ahora, de forma proactiva, busca ayudar a otros. «Voy viendo si si algún niño triste por ahí y le ayudo si está triste». Alejandra insiste en la importancia de hablar, ya que muchos niños no cuentan lo que les pasa por «miedo o vergüenza«.

«Miedo o vergüenza»

Alejandra

Estudiante de Salamanca que sufrió acoso escolar de una compañera 

Defender al compañero

Lucas también ha vivido de cerca una situación de conflicto. Según ha relatado, el curso pasado intervino para proteger a un amigo de otro compañero que «se enfadó un poco». En un acto de valentía, se interpuso para que su amigo no recibiera un golpe. «En vez de que le diera un puñetazo a él en la cara, lo recibí yo y se lo dije a los profesores», detalla.

«Tenía que ayudar a mi amigo»

Lucas

Un escolar que conoce el acoso escolar y actuó para frenarlo

Asegura que en ese momento no sintió temor, ya que su prioridad era otra: «No tenía miedo de que pasara, porque tenía que ayudar a mi amigo«. Tras el incidente, «lo hablamos con mis tutores y al final, se arregló». Aunque admite que a veces surgen enfados, ahora «se lo arreglan con los profesores».

Ambos coinciden en el mensaje para un niño que esté sufriendo acoso: «es mejor decírselo a un profesor y decírselo a tus compañeros, porque puede ser que tus compañeros ayuden». La unión y el trabajo en equipo, explican, son fundamentales. «Como tenemos amigos, pues es mejor ayudar a los amigos que quedarse callado», concluye Lucas.

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