El Gobierno cesó el pasado mes de julio a Francisco Salazar, estrecho colaborador de Pedro Sánchez en el Gabinete de Presidencia del Gobierno, tras las noticias con testimonios de trabajadoras que se referían a presuntos casos de acoso sexual. Ahora han aparecido nuevas denuncias en medios, destapadas por ‘Eldiario.es’, pero en Moncloa siguen sin recibir ninguna por sus canales internos para abrir su propio procedimiento. Pese a ello, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha defendido los protocolos antiacoso, que funcionan internamente desde 2018, como “garantistas”. Mecanismos “conforme a la ley” y que “se van actualizando”, abundó.
Alegría ha hecho hincapié en que se mantuvieron reuniones con trabajadores y, sobre todo, trabajadoras del equipo de Salazar, por parte de la Secretaria General de Presidencia, para intentar que se impulsasen denuncias por parte de las presuntas víctimas. No dieron resultados.
Como tampoco el curso a todo el personal de la casa para reforzar la concienciación contra posibles abusos e identificarlos o el correo interno enviado previamente informando de los protocolos. Se animaba así a que en caso de haber presenciado, conocido o recibido información al respecto de posibles abusos sexuales, se procediese a denunciarlos, aportando enlaces de dónde hacerlo de forma anónima, así como los protocolos que rigen en la Administración.
En el Ejecutivo defienden que actuaron desde el primero momento con su “cese fulminante”, nada más conocerse las denuncias en prensa de las víctimas. Comportamientos que Alegría ha tildado sin ambages de “vomitivos”. Entre ellos, comentarios obscenos a subordinadas, gestos o, incluso, peticiones sexuales.
Fuentes de Moncloa resaltan que la seguridad que aportan sus protocolos a las víctimas son “cien por cien seguros” y ponen en valor que prescindieron de los servicios de Salazar “en cuestión de horas”. Desde entonces, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no habría tenido ningún contacto con este colaborador. No así otros miembros del Ejecutivo, como la propia ministra portavoz, de quien trascendió una foto comiendo con Salazar hace apenas un mes.
Salazar fue de los nombres que llegaron a sonar para sustituir a Santos Cerdán, pese a ser uno de los escasos supervivientes del equipo con el que Sánchez ganó en 2017 las primarias socialistas. Junto a Cerdán formó parte del primer equipo de Organización que, bajo el control de José Luis Ábalos, conformó Sánchez a su regreso a la Secretaría General del PSOE en 2017.
Investigación en Ferraz
Donde sí se registraron denuncias internas fue en Ferraz, a través de los canales habilitados por el PSOE, pero a día de hoy el procedimiento sigue abierto. Una demora que justifican por lo complejo del procedimiento y lo novedoso de estos mecanismos puestos en marcha. Mientras tanto, el propio Salazar se dio de baja de militancia la pasada semana, casi medio año después de que se abortase su nombramiento como adjunto a la secretaría de Organización del PSOE en el último comité federal. Una decisión que, según trasladan desde la dirección socialista, no conlleva un cierre de la investigación llevada a cabo por un órgano independiente.
El caso Salazar se suma a los audios entre José Luis Ábalos y Koldo García donde ambos se reparten mujeres en situación de prostitución como si fueran objetos, dejando en entredicho el perfil feminista del PSOE. Una situación que desde el PP no han dejado de aprovechar. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusaba este martes al PSOE de «hipócrita» con las mujeres por la gestión de este caso.
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