Ábalos se lleva el sanchismo a la prisión

Koldo García no sirve ni de mayordomo, la grisura funcionarial de Santos Cerdán disimula su condición de secretario de organización con gastos pagados. José Luis Ábalos es otra cosa, el hombre de máxima confianza, el confidente incluso después de ser defenestrado por su cóctel de conductas inauditas, el desahogo del presidente del Gobierno para insultar en confianza a las ministras a las que considera «pájaras». Y sobre todo, el diputado socialista del PSOE (conserven por favor la redundancia) que firma el discurso contra Rajoy para transformar por fin a Pedro Sánchez en presidente del Gobierno. Cuando se mete en la cárcel todo esto, no cabe encelarse en que la Justicia vuelve a equivocarse, como en la condena al ya olvidado Álvaro García Ortiz. O en que la legislatura sigue su curso, por mucho que el piloto insista en estrellar la nave contra los arrecifes como si tal cosa.

Fuente