Las indicaciones geográficas protegidas no solo son un elemento de dinamización económica y de defensa del patrimonio cultural. También pueden jugar un papel importante en la defensa de la soberanía europea. De hecho, la Comisión Europea ha denegado la protección a dos indicaciones rusas de cerámica y de bordados y ha frenado varios intentos de las autorizades del Kremlin por apropiarse de denominaciones que proceden de territorios ucranianos invadidos por este país.
Así lo ha señalado la directora de Competitividad de la Comisión Europea, Nathalie Berger, durante su participación en el Foro Más Europa, organizado por INFORMACIÓN y Casa Mediterráneo en la sede de la EUIPO el mismo día que la oficina europea con sede en Alicante asume sus nuevas competencias para registrar a partir de ahora las Indicaciones Geográficas de Productos Artesanales e Industriales.
Una figura con la que el director general de la EUIPO, João Negrão, se ha mostrado convencido de que también se mejorará la competitividad europea, se ayudará a crear empleo y se fijará población al territorio.
En su intervención inicial, Berger, más allá de destacar la importancia económica de esta nueva figura de protección ha querido enmarcar esta iniciativa dentro de los planes para mejorar la competitividad y la independencia europea.
«Las indicaciones geográficas también desempeñan un papel importante en la defensa de la soberanía, la integridad territorial, y nuestros valores y la democracia en la Unión Europea. Permítame dar dos ejemplos que ilustran mis palabras. Recientemente, la Comisión Europea ha adoptado dos decisiones denegando la protección de dos indicaciones geográficas rusas, para cerámica y bordados en el Unión Europea. Esto se debe a que hemos impuesto sanciones contra Rusia, por su invasión en Ucrania, las cuales también incluyen derechos de propiedad industrial, intelectual, como las indicaciones geográficas«, ha explicado la representante comunitaria.
«Nuestras negativas han sido planteadas en el núcleo del multilateralismo, bajo el sistema de Lisboa, donde Rusia realizó esas dos solicitudes. Además, Rusia ha intentado proteger indicaciones geográficas del territorio ucraniano, como armas adicionales para apropiarse del conocimiento tradicional y del reconocimiento de la integridad de la Ucrania. Esta práctica muestra hasta qué punto las indicaciones geográficas tienen una dimensión política significativa, a la cual la Unión otorga la máxima importancia», ha añadido.
En términos económicos, ha recordado que las actuales indicaciones geográficas, las agrarias, ya mueven unos 75.000 millones anuales y son responsables del 15 % de las exportaciones de la UE.
[Noticia en elaboración]
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