La dispersión asoma como el gran enemigo de un Casademont Zaragoza que se reencuentra con la Liga tras sellar con brillantez su pase a la siguiente ronda de la Euroliga, la competición que se ha llevado toda la concentración del equipo aragonés en los últimos días. Una vez cumplido el objetivo de seguir en la máxima competición continental, el cuadro de Cantero retoma la Liga Endesa para recibir a un Estudiantes que no es el que era y que se presenta en el Príncipe Felipe hundido en la tabla con una sola victoria y seis derrotas, una situación radicalmente opuesta a la que envuelve su actuación en una Eurocup en la que registra media docena de triunfos que le han servido para comandar su grupo con tanta autoridad como suficiencia.
Es, precisamente, ese exceso de confianza ante la mala situación del rival el mayor riesgo para un Casademont cuyo técnico ya advirtió en la previa de la obligación de centrarse y esquivar despistes y distracciones que pueden provocar accidentes y lamentos. “Ahora nos vienen partidos ante rivales de la zona baja y si te los dejas luego los vas a echar de menos. Merece la pena prepararlos bien”, indicó Cantero, que, en principio, podrá contar con todas sus jugadoras. De hecho, en función del marcador, algunas menos habituales como Oma o Hermosa podrían contar con más minutos.
Frieda Bühner (20,7) y Nneka Ezeigbo (16,1) son las jugadoras con mayor valoración acumulada hasta ahora en un Estudiantes que acude a la capital aragonesa con la sensación de tener mucho a ganar y poco que perder. El conjunto de Antonio Pernas ha perdido potencial respecto al curso pasado hasta verse inmerso en una delicada situación clasificatoria. De hecho, es penúltimo solo mejor que un Canarias que aún no conoce la victoria tras siete jornadas disputadas.
Pero el Casademont, en estado de gracia tras la victoria ante Mersin y su buen momento tanto en Liga como en Europa, afronta la cita en casa consciente de que no puede dejarse llevar ni por la mayor necesidad del rival ni por esa relajación que acude al encuentro de los equipos que acaban de solventar con éxito una empresa complicada con mucho en juego. Para centrarse en el encuentro y aparcar la Euroliga, contará con la ayuda de un pabellón que, a buen seguro, volverá a registrar una buena entrada y que todavía se relame del buen rato que pasó el miércoles, cuando el Casademont se ganó seguir soñando con alcanzar esa Final Six que volverá a celebrarse en casa. Aunque la obligación ahora es tener los cinco sentidos puestos en un partido en el que las aragonesas son tan superiores como aparentan. Ese, precisamente, es el riesgo.














