El Casco Histórico de Lorca bullía este sábado de emoción, un sentimiento que aportaban miles de personas que, durante toda la tarde, abarrotaban la Plaza de España y las calles adyacentes para contemplar el ya tradicional espectáculo del encendido del árbol de Navidad y con él, de todas las guirnaldas que decoran el centro de la ciudad, los barrios y las pedanías.
Al caer la tarde, se hacía la oscuridad y con ella el silencio ante la expectación de lo que estaba por llegar. Poco duraba, porque las exclamaciones se dejaban sentir cuando los halos de luz alumbraban aquí y allá, para fijarse en la calle Santiago. De ella, surgía la protagonista de ‘El origen de la luz’, un espectáculo donde teatro, música, danza y pirotecnia, se fusionaban en la cuenta atrás para que la magia de la Navidad volviera a inundar hasta el más recóndito enclave del municipio.
Ella, el hada de la luz, representada por una corte de zancudos, recorría la Plaza de España y por el carrerón de la antigua Colegiata de San Patricio, llegaba hasta su portada lateral, la que fuera durante muchos años entrada principal al templo. El viento, recreado por bailarinas en los balcones de las fachadas de la Plaza de España, daba paso a un espectáculo de danza vertical sobre la torre campanario del templo.
Dos hadas, Sira Cuenca y Alba Bonal, interpretaban la pieza de danza ‘Voló’. Un tránsito en el aire por distintas culturas, que aunaba técnicas de danza y acrobacia. Danza española, danzas regionales… y la tradición ancestral, mientras fusionaban acrobacia aérea, con la sincronicidad y la delicadeza de la danza. Mortales en plancha o agrupados, relevés, braceos, y cuartas, se daban la mano en el aire, donde la pared de la torre campanario de la antigua Colegial se convertía en el mejor de los escenarios.
Y esa luz que creaba el hada y que el viento distribuía por todos los rincones del planeta, llegaba simbólicamente hasta el casco antiguo, el corazón histórico de Lorca, hasta el balcón principal de las Salas Capitulares de San Patricio. Allí se iniciaba el encendido de las luces de Navidad que protagonizaba el joven deportista lorquino, Pablo Segura. Un joven deportista que representa, como pocos, la fuerza, la constancia y la ilusión que caracteriza a la Lorca luchadora, a la Lorca que no se rinde. La cuenta atrás no se hacía esperar y el casco antiguo brillaba como tras el encendido de la iluminación extraordinaria de Navidad.
Espíritu navideño
«Llega la Navidad, el espíritu que la inspira… La magia lo cubrirá todo con su manto estos días en que la solidaridad se hace más patente. Compartir, dar, recibir, agradecer… en familia, con los amigos…, con todos. Ese es el verdadero espíritu de la Navidad, una magia que esta noche volvía a fijarse en Lorca», señalaba la edil de Festejos, María de las Huertas García. En este sentido, la concejala calificaba el inicio de las festividades de «impresionante» e «increíble», haciendo hincapié en el gran atractivo que estos eventos revisten, especialmente entre los más pequeños.
Y, precisamente para ellos, se contaba con la preencia de los personajes de moda que, junto a los villancicos interpretados en directo y el espectáculo de fuegos artificiales de fuego frío, conformaban el mejor colofón para el arranque de la Navidad. Después, los miles de lorquinos y visitantes, éstos últimos llegados desde las poblaciones limítrofes, iniciaban entonces un periplo por las calles de Lorca para contemplar las decenas y decenas de guirnaldas y árboles de Navidad iluminados que este año decoran la ciudad, los barrios y las pedanías.














