«Nuestro objetivo es tener una organización juvenil que identifique a los nuevos talentos de la cantera», afirmó la líder de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, ante el controvertido congreso de las juventudes de su partido. Se abrirá este sábado en Giessen, una ciudad de 90.000 habitantes a 50 kilómetros de la metrópolis financiera que es Frankfurt. Su objetivo es sellar la fundación de la organización juvenil, tras haberse disuelto la llamada Alternativa Joven (AJ), calificada en 2023 de extremista radical por los servicios secretos de Interior alemanes.
Que la nueva plataforma no será muy distinta de la originaria está claro. Se baraja el nombre de Generation Deutschland –Generación Alemania–, con unos 1.000 militantes fundacionales. Para protestar contra su bautizo en Giessen se han movilizado una veintena de organizaciones sindicales, religiosas y de la izquierda, así como grupos ‘antifas’. Un poderoso operativo policial tratará de impedir encontronazos.
«Será una cantera preparada para asumir funciones de gobierno tras las próximas elecciones en el este del país», prosigue Weidel, en declaraciones a la agencia alemana dpa. En 2026 se celebrarán comicios regionales en los estados de Mecklenburgo Antepomerania y en Sajonia-Anhalt, ambos en el este de Alemania. La AfD fue ahí la fuerza más votada en las elecciones generales del pasado febrero, con porcentajes del 35% y el 37%, respectivamente. Para las regionales de 2026 espera pulverizar el cordón sanitario que les ha impedido compartir funciones de gobierno a escala regional y nacional.
Tensión interna y en la calle
Weidel quiere tener bajo control a esas juventudes, grandes captadoras de voto, pero también un peligro para la AfD. El partido de Weidel está en auge en los sondeos, que la sitúan en primera posición a escala nacional, pero bajo el radar de los servicios secretos. Las actividades de su ala más radical pueden hacer que se extienda la acción del espionaje alemán sobre el conjunto de la AfD. La presidenta del partido hace equilibrismos entre el poder captador de votos y el riesgo de que se vigilen los movimientos de sus diputados, inclusive los del Bundestag (Parlamento). Un movimiento en falso podría poner en peligro su carrera ascendente, en un momento en que desde el sector empresarial, hasta ahora hostil a la AfD, se debate sobre si mantenerla o no aislada.
El líder de las nuevas jueventudes será previsiblemente Jean-Pascal Hohm, un diputado de la Cámara regional de Brandeburgo, el ‘land’ que envuelve Berlín. Es cercano al movimiento Identitarios, que promueve la expulsión de millones de ciudadanos de origen extranjero. Tiene 28 años y responde al perfil de ultraderechista alejado de la estética ‘skin’ para adoptar el aspecto de un dinámico ejecutivo, el yerno perfecto.
La tensión ante el congreso es altísima. Según ‘Der Spiegel’, se ha pedido a los soldados en uniforme que en fin de semana se encuentren viajando que eviten cualquier provocación y tumultos. Hasta Giessen se desplazarán unos 200 autobuses con participantes en las protestas convocadas de signo pacifista y amparados por sindicatos e iglesias, junto con otras de alto riesgo de la izquierda radical. Inicialmente se estimó que acudirían a esa ciudad de provincias unos 10.000 manifestantes; ahora las autoridades locales temen la concentración de hasta 50.000 personas.
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