La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, se encamina a una victoria electoral agridulce el 21 de diciembre. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pronostica que el PP ganaría las elecciones autonómicas 14 años después, pero no alcanzaría la mayoría absoluta que persigue para evitar depender de Vox. El sondeo, que llega a una semana para el comienzo de una campaña electoral, augura un descenso del PP y el PSOE, mucho más pronunciado en el caso de los socialistas, y una fuerte subida del partido ultraderechista, que duplicaría su representación en la Asamblea extremeña, así como una mejora de Unidas por Extremadura. Los populares aventajan ahora mismo a los socialistas en siete puntos en vísperas de la campaña.
En concreto, Guardiola lograría el 38,5% de los votos y 25-29 escaños (ahora tiene 28) y el socialista Miguel Ángel Gallardo, se quedaría con el 31,6% de los sufragios y 19-22 diputados (hoy tiene 28). Serían claves, pues, los votos de Vox, que obtendría el 17,3% de las papeletas y 10-12 parlamentarios (ahora tiene 5) y podría apuntalar la continuidad del PP en la Junta de Extremadura. Unidas por Extremadura, la coalición que integra a Podemos e IU, conseguiría el 9,6% de los votos y pasaría de 4 a 6-7 representantes. El sondeo detecta un 16% de indecisos a tres semanas para los comicios.
Con estos resultados, Guardiola, que decidió adelantar las elecciones por el bloqueo del PSOE y Vox a los presupuestos autonómicos, necesitaría a la ayuda de uno de estos dos partidos para seguir siendo presidenta: el voto favorable de Vox o la abstención del PSOE. En las autonómicas de 2023, PSOE y PP empataron a 28 escaños, pero los socialistas fueron la fuerza más votada. Vox sacó 5 diputados y Unidas por Extremadura se quedó con 4. Es decir, a las izquierdas les faltó un voto para desplazar a Guardiola, que fue investida con el apoyo de Vox pese a haberse comprometido a no aceptar los votos de los ultras. La relación entre populares y ultras se fue deteriorando a lo largo de la legislatura hasta acabar en ruptura.
Candidato procesado
Ahora, la dirigente regional del PP pone en juego la presidencia frente a un PSOE que tiene a su candidato, Miguel Ángel Gallardo, procesado por presunta prevaricación administrativa y tráfico de influencias en la contratación de David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, en la Diputación de Badajoz. Las de Extremadura serán las primeras elecciones que se celebren en nuestro país en un año y medio, desde las europeas de junio de 2024. Aunque no sea una convocatoria de ámbito nacional, será inevitable hacer una lectura del pulso PP-PSOE y de los resultados como un examen al Gobierno de Pedro Sánchez y a la oposición de Alberto Núñez Feijóo.
En este contexto, las encuestas publicadas durante este año pronostican que el PP podría ser la fuerza más votada, por encima del 40% de los sufragios, y también la ganadora en número de escaños (entre 29 y 32), aunque se quedaría todavía por debajo de la mayoría absoluta. El PSOE se situaba a entre 2 y 6 puntos de distancia de los populares, con un porcentaje de entre el 35% y el 40% de los apoyos y una horquilla de 24 a 28 escaños. Vox, por su parte, mejoraría el 8,1% de 2023, pudiendo llegar hasta el 12%, y pasaría de 5 a entre 6 y 9 escaños. La Asamblea de Extremadura consta de 65 diputados, por lo que la mayoría absoluta está fijada en 33 escaños.
Guardiola, la única que aprueba
Según el CIS, Guardiola es la única candidata al 21-D que logra el aprobado de los extremeños, con una nota de 5,63. El resto de presidenciables suspenden y la candidata de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel (4,10), saca mejor nota que el socialista Gallardo (3,68). El aspirante de Vox, Óscar Fernández Calle, obtiene un 3,60. El 37% de los extremenos prefieren que Guardiola siga al frente de la Junta y un 21% preferiría que fuera presidente Gallardo.
La encuesta también refleja que la mayoría de los extremeños, el 52,7%, aseguran que deciden su voto mucho antes del inicio de la campaña electoral, y un 55,4% afirman que votan por un partido u otro, o no votan, según lo que más les convenza en el momento de las elecciones.
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