El reconocido pastelero Lluís Pérez ha dado un paso más con Camí, el recorrido gastronómico que ha creado para el nuevo brunch del Victoria Grand Café. En concreto son cuatro pasos inspirados en las meriendas de su infancia y podrán degustarse en el lujoso hotel de Meliá en el paseo Marítimo todos los domingos a partir del día 7 de diciembre.
«Lo primero que pensé cuando me lo propusieron es hacer lo que me gusta comer y los platos de mi niñez me dejaron un grato recuerdo», destaca. Su memoria viaja para empezar a los fines de semana de verano. «Mi madre nos hacía puré con toda la fruta de temporada que había en el frutero y lo tomábamos mientras veíamos películas de Disney».
Para esta iniciativa culinaria lo ha reinterpretado ofreciendo una texturización de albaricoques, un granizado de pera y espuma de manzana verde con un toque de clorofila natural «para que quede más vistoso», acompañado con un zumo de naranja. «Es un inicio fresquito que contrasta un poco con la época invernal, ya que da la sensación de entrar en calor, pese a que suene contradictorio».
El paso 1 de Camí / Meliá
Precio del ‘brunch’
Es el primer paso de los cuatro que se sirven en la vajilla y cubertería de plata originales del hotel en los años 20. «Me parecía muy bonito rescatarlas cuando comprobamos que se encontraban guardadas en los almacenes, porque los objetos están para vivirlos. Si las cosas fuesen nuevas, no tendrían una historia que contar».
Lluís Pérez tiene muchas en su memoria gastronómica y contó algunas de ellas para cada uno de los cuatro pasos del brunch, que cuesta 55 euros y llevan por título Texturas y colores de la infancia, Sabor a las tardes largas de verano, Herencia mediterránea y Memoria dulce.
El segundo paso se inspira en las meriendas estivales y es un pa amb oli con dos tipos de pan, uno de aceite y otro que combina harina de trigo, centeno y malta, que «recuerda al pan moreno»; además de uno de los populares cruasanes del pastelero.
Todo ello acompañado por mermelada de naranja, mantequilla, tomate de ramallet, encurtidos como hinojo, alcaparras y olivas, embutidos de Can Company (varia y figatella del siglo XVIII, entre otros) y quesos mallorquines y menorquines. La bebida con que se marida se llama Llucao, otro guiño a la infancia de los mallorquines, creada a base de batido de chocolate con toque de especias, piel de naranja y leche de almendra.

El paso 2 / Meliá
Huevos y bogavante
Los huevos con patatas fritas y sobrasada que le hacía su abuela han inspirado el tercer plato, pero el chef lo ha adaptado e incluido la exquisitez del bogavante, famoso en el restaurante de sa Cabaneta Can Marçal, al que le llevaba su abuelo. «Este paso es un brioche relleno de huevos escalfados con bogavante y salsa de sobrasada y marisco», tal como explicó este jueves en la presentación efectuada en el Victoria Grand Café.
Los invitados tuvieron que hacer un hueco en su estómago porque aún faltaba el postre, la especialidad de un autor que lleva una década triunfando en la alta cocina dulce. El punto final al brunch lo ponen un cruasán de almendra, un gató con crema de algarroba y leche de almendra y mandarina y una miniensaimada rellena de crema de limón de Sóller con un toque de tomillo.
El recorrido que ofrece Camí forma parte de la apuesta del hotel Victoria Gran Meliá en su nueva etapa tras la reforma integral, en la que «busca recuperar su papel histórico como punto de encuentro de la ciudad y espacio cultural relevante», tal como destacaron desde la cadena de Escarrer.












