Barcelona se convierte en la primera gran urbe europea con un Observatorio de la Motocicleta. La ciudad ha activado un plan pionero para reducir drásticamente el número de siniestros graves vinculados a motos, promover el paso a modelos eléctricos y liberar las aceras de vehículos estacionados. Las cifras respaldan la urgencia: las motos suponen el 30 % de los desplazamientos en vehículo privado y un 6,2 % de la movilidad total, según datos del Ayuntamiento.
Más de 32.000 ciclomotores están censados actualmente en Barcelona. De ellos, unos 24.000 son de combustión y emiten unas 3.000 toneladas anuales de CO₂. La meta es clara: llegar a 2030 con un parque 100 % eléctrico. Para ello, el consistorio ha aprobado ayudas directas de 600 € por moto para quienes entreguen su viejo ciclomotor y lo sustituyan por uno sin emisiones.
Un plan con cifras concretas
| Indicador | Valor / Meta | Fuente |
|---|---|---|
| % desplazamientos privados en moto | 30 % | Ayuntamiento de Barcelona |
| % movilidad total | 6,2 % | Ayuntamiento de Barcelona |
| Ciclomotores censados | 32.000 | Observatorio de la Motocicleta |
| Ciclomotores eléctricos | 8.000 | Observatorio de la Motocicleta |
| Emisiones CO₂ actuales | ~3.000 t/año | Ayuntamiento de Barcelona |
Infraestructura, seguridad y estacionamiento: los tres ejes
- Reducción del 30 % en siniestros graves de moto de forma inmediata, y objetivo del 50 % en 2030.
- Creación de 20.000 nuevas plazas de estacionamiento en calzada (sumadas a 5.000 existentes) para liberar las aceras.
- Doblado de zonas avanzadas para motos en semáforos de la red básica del Eixample.
- Instalación de amortiguadores energéticos en túneles y curvas, además de mejoras en señalización.
Electrificación con ayudas y baterías intercambiables
Además del bono de 600 euros, se instalarán 64 estaciones de intercambio de baterías en los próximos cuatro años. Cada una recibirá una subvención pública de hasta 45.000 €. Esta medida busca facilitar el uso del ciclomotor eléctrico para quienes no tienen punto de recarga en casa ni garaje propio.
Actualmente, solo uno de cada cuatro ciclomotores es eléctrico. El cambio será progresivo, pero firme. El Ayuntamiento calcula que con las ayudas y la infraestructura prevista, se podrá alcanzar el objetivo de 100 % sin emisiones antes de 2030.
¿Qué supone esto para los motoristas?
- Mayor presión normativa: aparcar en aceras será cada vez más difícil y caro.
- Ventajas fiscales y operativas para quienes se pasen al eléctrico.
- Reorganización urbana que podría mejorar la seguridad y reducir los conflictos con peatones.
Como explican desde el consistorio: “Barcelona no quiere penalizar la moto, sino integrarla en una ciudad que prioriza la salud pública y el espacio compartido”.
¿De verdad es posible reducir a la mitad los accidentes en cinco años? Si las infraestructuras acompañan y los incentivos funcionan, podría ser la ciudad que lidere el cambio en dos ruedas.













