Los colectivos feministas aluden a la pobreza como una herramienta de privación de libertad y de sometimiento de las mujeres, y los expertos explican una serie de situaciones que son ejemplos de violencia económica, como impedir que la mujer gestione o decida sobre la economía familiar, negarle dinero para gastos esenciales pese a disponer de recursos, prohibirle trabajar o estudiar, y utilizar su dinero o contraer deudas a su nombre sin permiso, entre otros.
Carmen Pérez-Pozo Toledano, abogada y CEO de Grupo Pérez-Pozo y experta en Derecho Patrimonial, explica cómo se puede blindar el patrimonio personal y familiar y aborda las claves del empoderamiento financiero femenino y de los derechos económicos de la mujer dentro y fuera del matrimonio como «herramienta real de prevención frente a la violencia de género». De entrada, la experta asegura que una de las herramientas clave del presente, y garantía de futuro, son las capitulaciones matrimoniales. «En España., culturalmente, hablar de dinero es vulgar. No tenemos educación financiera y las mujeres, menos. Yo recomiendo los pactos prematrimoniales, es decir, las capitulaciones. Pactar con amor lo que puedes utilizar con odio. El mejor inicio es planificar la boda y también cómo se va a gestionar la economía», explica la experta.
Ante una situación de violencia, la experta recomienda «denunciar el impago de las pensiones por la vía penal de abandono familiar, y si se comprueba que ante un proceso de divorcio el marido intenta descapitalizarse para pagar menos (bajarse el sueldo, eliminar patrimonio…) se puede plantear como una estafa o falsedad en perjuicio de la familia».
Pérez-Pozo recuerda que «las herencias son privativas» y que ninguna mujer «debe firmar algo que no entiende». Por ello, asegura que no hay que temer «pedir información, formarse en finanzas y negarse a firmar algo que se desconoce o no se entiende».
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