Un nuevo mapa cerebral del “sentido magnético” de las palomas ofrece pistas sobre cómo estas aves navegan con precisión en largas distancias. Los investigadores han detectado células y regiones del cerebro que responden a cambios en el campo magnético terrestre, y apuntan a una estructura en el oído interno como eje clave de esa percepción.
Un equipo de neurobiólogos de la Universidad Ludwig-Maximilians (LMU), en Alemania, ha dado un gran paso para desvelar los detalles sobre cómo las aves y otros animales detectan el campo magnético de la Tierra. En un estudio publicado en la revista Science, lograron demostrar por primera vez que las palomas poseen una vía neuronal dedicada a procesar información magnética, que se origina en el oído interno.
Durante más de un siglo, las teorías dominantes para explicar la magnetorrecepción, o sea la capacidad de “sentir” el magnetismo terrestre, se apoyó en ideas como la presencia de partículas de hierro en partes del cuerpo o mecanismos sensibles a la luz.
Sin embargo, ya en 1882 la naturalista francesa Camille Viguier propuso una alternativa más sofisticada: que las corrientes eléctricas generadas en el oído interno, al moverse a través del campo magnético, podrían servir como «antenas biológicas», según una nota de prensa. Ahora, el equipo liderado por el profesor David Keays ha recuperado esa idea y ha aplicado nuevas tecnologías para demostrarla.
Células especializadas y una brújula interna
Los investigadores expusieron a las palomas a campos magnéticos rotatorios, mientras analizaban la actividad neuronal. Utilizando microscopía de última generación, identificaron una activación marcada en el núcleo vestibular medial, una región cerebral conectada directamente con el oído interno.
Profundizando aún más, y mediante un análisis genético del tejido del oído, descubrieron un tipo de células que expresan canales iónicos altamente sensibles, similares a los que utilizan los tiburones para detectar campos eléctricos en el agua.
Estas células están perfectamente diseñadas para transformar pequeñas corrientes inducidas por el movimiento en señales eléctricas que el ave puede interpretar. “Es el mismo principio físico que permite cargar un celular sin cables”, explicó el profesor David Keays en el comunicado.
Estas corrientes eléctricas naturales actúan como una especie de «GPS biológico» para las palomas, ayudándolas a orientarse en sus vuelos y regresar a sus nidos. Pero este no es el único mecanismo que emplean estas sorprendentes aves: los datos sugieren la existencia de una “brújula oscura” en el oído interno, que controlaría todo el sistema de orientación.
El sentido magnético y sus aplicaciones
El complejo mecanismo podría complementarse con un sistema sensorial dependiente de la luz en el ojo. “Es probable que la magnetorrecepción haya evolucionado de forma convergente en distintos organismos”, afirmó Keays. De esta manera, los hallazgos podrían ser útiles para comprender el comportamiento de otras especies.
Muchas especies migratorias, como las tortugas marinas o los murciélagos, dependen de la magnetorrecepción para orientarse en largos viajes. Si una brújula interna similar a la de las palomas estuviera presente en otros animales, podría ayudar a entender, por ejemplo, cómo el ruido electromagnético generado por cables o antenas humanas interfiere en sus rutas.
Referencia
A global screen for magnetically induced neuronal activity in the pigeon brain. Gregory C. Nordmann et al. Science (2025). DOI:https://doi.org/10.1126/science.aea6425
“El gran Santo Grial de la biología sensorial es comprender el sentido magnético”, indicó en un artículo publicado en Science el investigador Eric Warrant, de la Universidad de Lund, en Suecia, quién no participó en la nueva investigación. Según Warrant, los investigadores alemanes han obtenido evidencias de un nuevo modo de magnetorrecepción y han revelado su vía neuronal en el cerebro.
La investigación también abre la puerta a aplicaciones tecnológicas: según los especialistas, las células identificadas podrían inspirar sensores magnéticos extremadamente precisos, capaces de operar en condiciones de bajo consumo y temperatura corporal.











