Las 38 víctimas mortales de violencia machista son sólo la punta del iceberg

El 25 de noviembre, mientras el país se llena de actos y manifestaciones por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Senado ha acogido una mesa redonda dedicada a reflexionar sobre la realidad actual de esta forma de discriminación hacia la mitad de la población española.

Esta, celebrada tras el minuto de silencio convocado en la plaza de la Marina Española, ha sido moderada por el presidente de la Cámara Baja, Pedro Rollán, con la participación de Cruz Sánchez de Lara, vicepresidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL y editora de Magas, ENCLAVE ODS, Cocinillas y Mascotario.

Junto a ella, la conversación ha contado con Catalina Perazzo, directora de incidencia social y política de Save the Children España, la comandante María José Garrido Antón, jefa de área en la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior; y la magistrada especializada en violencia de género María Auxiliadora Díaz.

El foco, compartido por todas: cuál es la radiografía de la violencia machista en 2025 —en un contexto marcado por los avances legislativos pero también por la amenaza de la polarización y la aparición de discursos negacionistas— y cómo se amplifica en el entorno digital impactando en las nuevas generaciones.

Foto de familia tomada durante el acto.


Foto de familia tomada durante el acto.

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Perazzo abrió el debate con el foco puesto en la adolescencia. En Save the Children observan a través de sus informes cómo las redes han amplificado el alcance y han «normalizado la violencia de control«, dice, en la medida en que la difusión de barreras físicas permite a los agresores ejercerla desde cualquier lugar.

Esta forma de discriminación hacia las mujeres puede llevarse a cabo a través de distintos mecanismos, entre ellos la difusión sin consentimiento de imágenes íntimas, a menudo asociada a la práctica conocida como «porno por venganza», cita, consistente en la publicación de la imagen «con el objetivo de humillar» a una posible pareja o expareja.

El salto tecnológico aumenta la exposición de la mano de plataformas en las que es posible publicar contenido explícito a cambio de dinero. «Uno de cada tres jóvenes considera que son vías adecuadas de generar ingresos», afirma sobre redes que «en lugar de promover el empoderamiento, reproducen las prácticas tradicionales del machismo y la explotación».

Unidad frente a la polarización

El entorno digital también está moldeando el discurso público. Perazzo alertó de la tendencia entre ellos a negar la violencia de género. «El porcentaje de quienes consideran que es un invento ideológico ha pasado a un 23% en el 2023. Internet tiene un papel clave porque difunde estos discursos», explicó.

De ahí su llamamiento a reforzar el pensamiento crítico: «Necesitamos que los jóvenes sean capaces de tener un pensamiento crítico y tengan su propio discurso. Hay una influencia clara y es necesario que se tomen medidas desde la educación y las políticas públicas«.

La comandante María José Garrido Antón lleva años estudiando la realidad de la ciberviolencia de género en el país. En su intervención introdujo dos conceptos clave: la cifra oculta y la inconsciente, esta última referida a todos aquellos casos de víctimas que no son conscientes de que están siendo afectadas por delitos como el ciberacoso o la sextorsión.

Al igual que otras formas en las que se manifiesta la violencia de género, estos crímenes «reproducen mitos errados del amor romántico«, lo que dificulta en muchas ocasiones su propio diagnóstico. De ahí que desde su departamento pronto se vaya a publicar un informe destinado a aportar información y un mayor conocimiento al respecto a los cuerpos policiales.

Garrido recordó que la ciberviolencia de género es un fenómeno que atraviesa generaciones: «Tendemos a centrarnos en los jóvenes, pero la realidad es que tenemos víctimas de hasta 88 años. En el momento en que una mujer, en el marco de la 1/2004, tenga acceso a un dispositivo electrónico ya tiene riesgo de ser víctima de estos comportamientos».

Si en las nuevas generaciones lo que más percibe su equipo es la tendencia a facilitar las contraseñas a las parejas como formas de demostrar amor hacia el otro, en las mujeres de mediana edad el control se apoya más en la brecha digital. El «déficit» en las habilidades digitales de muchas víctimas posibilita que el control se lleve a cabo con facilidad, recordó en el Senado.

El progreso normativo

En la conversación que conmemora el 25N, la magistrada María Auxiliadora Díaz reflexionó sobre el contexto de los avances legales de las últimas dos décadas. «Hemos avanzado muchísimo desde 2004 y falta mucho por hacer, pero gracias al impulso normativo nos encontramos con una situación muy diferente y eso debemos ponerlo en alza», afirmó.

Recordó que la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género fue «uno de los mayores consensos democráticos de nuestra historia reciente para decir ‘basta’ a la desigualdad» y a esta lacra, aunque entonces «sólo hacía referencia al ámbito de la pareja y la expareja», hasta que el Convenio de Estambul fijó un concepto más amplio sobre esta.

El coloquio tuvo lugar en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.


El coloquio tuvo lugar en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

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En su intervención, Díaz reivindicó la importancia que ha tenido la incorporación de la perspectiva de género y de la infancia en la protección de las víctimas, entre las que también se encuentran los niños e incluso los animales de compañía, y recordó hitos normativos recientes como el Pacto de Estado de 2017, que incrementó la protección de los menores.

También hizo referencia al recientemente aprobado anteproyecto de ley sobre la violencia vicaria y apeló a la necesidad de que la sociedad española se una bajo un mismo compromiso, el de no tolerar una lacra social que se ha cobrado más de 1.300 víctimas desde 2003: «Hay que visibilizar y concienciar porque sin ello las normas no sirven para nada».

Reforzar las instituciones

Desde su doble mirada de jurista y vicepresidenta ejecutiva de uno de los diarios con mayor visibilidad en el país, Cruz Sánchez de Lara conectó la violencia machista con el momento político y el papel de los medios. Recordó que fue abogada especialista en violencia de género y que trabajó activamente por la consecución de la ley de 2004.

Citó a Simone de Beauvoir —»bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados»— para leer la coyuntura actual: «Debemos reflexionar sobre la situación de nuestros días. Yo venía aquí hace 20 años a pedir datos y ahora debemos pedir la sensibilización de la sociedad».

Esto es especialmente crucial ahora, a su juicio, porque la polarización está convirtiendo la violencia de género en algo que separa a la sociedad. También recordó que las víctimas no tienen color político: «Estos grupos suelen estar en los extremos, pero la realidad es que las víctimas viven en casas en las que se vota a todos los partidos políticos».

Sánchez de Lara aseguró ver hoy su activismo «canalizado de otra forma» a través de EL ESPAÑOL y apeló a la necesidad de no perder de vista lo que se oculta más allá de cada estadística: «Detrás de cada cifra hay alguien que sufre: mujeres, niños e incluso mascotas». Como sociedad, aseguró, es clave «no perder la sensibilidad» en la lucha contra los crímenes machistas.

En su discurso, también recordó a las 38 víctimas de feminicidios en lo que va de año, aunque lamentó que los casos conocidos «son sólo la punta del iceberg: hay muchas víctimas que siguen silenciadas y a ellas debemos rendir homenaje hoy, porque, para que un día puedan convertirse en supervivientes, debemos reivindicar que esto no puede seguir pasando».

La vicepresidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL durante el acto.


La vicepresidenta ejecutiva de EL ESPAÑOL durante el acto.

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En este contexto, defendió un papel central de lo público y lanzó una crítica tajante: «Las instituciones son la clave y la sociedad está fallando en que hay quienes están trabajando para debilitarlas. Hay que fortalecerlas con los discursos de todos estos hombres y mujeres que trabajan en espacios como estos por un mundo libre de violencias».

Su intervención volvió, finalmente, a las pantallas. «Nos encontramos en la generación más desconectada de la generación que les precede. Los chicos de ahora están ligados a una nueva realidad y no podemos quedarnos atrás porque entonces estaremos dejando al margen a las nuevas generaciones«, advirtió.

«Hemos perdido la noción de la realidad de nuestros hijos y detrás de la puerta de su habitación pueden estar pasando cosas realmente graves. Antes los malos quedaban detrás de la puerta de tu casa y tú veías quién entraba, ahora no», añadió, aprovechando para lanzar un mensaje directo a las adolescentes: «Nunca paséis una foto desnudas ni de broma».

Se trata de un mensaje que ella misma repite una y otra vez a los menores de su entorno, convencida de que educar y proteger a quienes se encuentran en una situación de vulnerabilidad es una responsabilidad de todos. Concluyó su participación en el coloquio apelando al respeto, un valor «fundamental de todas las sociedades» justas y democráticas que se precien.

Tras sus aportaciones, el presidente del Senado, Pedro Rollán, concluyó subrayando la importancia de que «un acto así se haga en el Senado, una cámara con capacidad legislativa», y dejó el mandato que sobrevuela cada 25N: «Acabar con la violencia machista nos incumbe a todos y todas. Trabajemos por un futuro con una sociedad igualitaria y libre».

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