Socióloga y exsecretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo de la Vega, es una de las voces más autorizadas a nivel nacional e internacional sobre la violencia de género, del origen y de las estrategias para erradicar este problema estructural de la sociedad. En el I Congreso de Volencia de Género del Colegio de Psicólogos celebrado en Zamora, dejó claro que no hay denuncias falsas y reivindicó que la Ley de Violencia contra la Mujer se aplique de forma más rigurosa.
Después de veintiún años desde su aprobación, ¿la Ley de Violencia de Género está consolidada, un gobierno de derechas que incorpore a Vox no puede echarla abajo?
No se puede revertir porque hay una estructura, hay profesionales en todos los ámbitos y de distintas disciplinas implicados en su desarrollo con instrumentos que antes no había y sería un escándalo de tal magnitud que es imposible. Además, las familias y nosotras, las mujeres que han sufrido violencia, no la vamos a consentir bajo ningún concepto. Es verdad que necesita una aplicación mucho más rigurosa pero es irreversible.
En la sociedad, ha calado, todavía, poco la conciencia sobre la violencia que se ejerce contra las mujeres. Ahí está el término de feminazi.
Pero ha calado aunque desigualmente, porque tú ves una agresión en el metro, en un autobús, lo paras. Tú ves una agresión en un ámbito rural, la paras. Lo haces cuando es explícita, totalmente pública, o sea, la conciencia ha ganado. Otra cosa es que veamos que hay que mejorar en cuanto a la aplicación de la Ley. Estoy totalmente de acuerdo en eso.
¿Y entonces por qué cuando llega un juzgado se cuestiona a la mujer víctima de violencia de género, a veces, hasta a su propio abogado de oficio?
Es que los abogados de oficio no podrían llevar estos casos si no conocen la dimensión del fenómeno. Y no depende de ellos, sino de la formación que reciban, había que darles también algún incentivo económico, porque todos nos movemos por ellos, no solo nos vemos por una cuestión moral.
«Hay que pagar a los abogados de oficio del turno de violencia de género porque no solo nos movemos por una cuestión moral»
Muchos profesionales dejan el turno de violencia de género porque mantienen que muchas son denuncias falsas.
Esa creencia se está extendiendo, pero hay que poner datos encima de la mesa, no creencias, y esos datos demuestran lo contrario. Las denuncias falsas de violencia de género son insignificantes, una de cada cien..
Una creencia muy extendida es que la mujer denuncia para obtener beneficios en el divorcio.
Es una mentira absoluta y hay que pedir datos a quien miente, ¿qué beneficio económico es hablar de tu pareja?, ¡si se sienten avergonzadas por haber, no pueden hablar de ello!. En este Congreso del Colegio de Psicólogos de Castilla y León se ha planteado la dificultad que tienen para verbalizar lo que les está ocurriendo.
¿Y este otro argumento que dice que las mujeres están arrinconando a los hombres y se les está maltratando?, esa creencia ha calado entre jóvenes por redes sociales y entre partidos de extrema derecha.
No es así, se contamina y es un perjuicio. Las redes sociales son anónimas para muchos que no tienen la cara y el coraje de poner sus nombres y apellidos, como hago yo.
¿Cómo sacar a esos chavales y chavalas de un argumentario falso?
En las aulas, con profesores y profesoras que sean capaces de decir, ‘así no son las cosas’. Si tenemos un buen argumento, van a entendernos y es un trabajo que no se ha hecho.
«Con profesores y profesoras que sean capaces de decir a su alumnado ‘así no son las cosas’ con un buen argumento, van a entendernos, ese trabajo no lo hemos hecho»
Muchos colegios e institutos no facilitan esa tarea de entrar.
La comunidad autónoma de Madrid se considera que hablar de violencia de género es adoctrinar cuando es defender, proteger la vida de las mujeres, y protegerles a ellos de que caigan en algo tan terrible como la agresión.
¿Por qué crees tú que hay ese miedo a formar a menores y adolescentes?
Mientras las mujeres sigamos en un reducto donde los hombres puedan controlarnos, el patriarcado, ellos seguirán dominando todo. Además, las películas y los videojuegos son de violencia, que también llena las redes sociales. Entonces, es muy difícil decir que la violencia es un síntoma negativo y terrible, y que puedes caer en ello, porque parece fascinante. De hecho, las películas sumamente violentas se consumen, series como Juego del Calamar. Sí, la violencia es fascinante, pero no me tengo que dejar fascinar por algo tan terrible.
¿Y qué hacemos con las redes sociales y la gente joven?
Las redes no se pueden controlar. Se puede controlar solamente si se ve delito directamente con imágenes en Insta o en Twitter puedes poner la @ o la dirección de Insta y la policía actúa inmediatamente.
Los dispositivos a la venta para menores deberán tener un control parental, ¿eso ayudará?
Cuando Europa lo manda como directiva hay que trabajarlo, que los padres intervengan, se informen de lo que pasa. No soy partidaria de prohibir, eso lo hace súper fascinante, sí de evitar que aumente el fenómeno de las redes para erradicar el acoso, el sexting, redes como Only Fane en las que me pagan por enseñar mis genitales. Se trata de evitar todo eso.
«No soy partidaria de prohibir, pero sí de evitar que aumente el fenómeno de las redes para erradicar el acoso, el sexting, redes como Only Fane en las que me pagan por enseñar mis genitales»
En las familias, no se habla o se habla poco y en ella el niño y la niña adquiere valores, pero seguimos sin una educación igualitaria.
Las familias tienen que respetarse, con eso es suficiente y con que ella no tenga que estar trabajando el doble que él en casa es suficiente.
Habla de la mujer debe acabar con ese enamoramiento que impide romper con el maltratador.
¿Por qué me gusta él que es un canalla?, habrá que hacerse esa pregunta de pendiente de una vez. A lo mejor hemos salido todas con algún canalla, pero habrá que empezar a llamarlos canallas y no estupendo, intenso y macho.
¿Y la pornografía y la prostitución?
Hay que quitar el canal, es muy difícil prohibirlo, pero hay que hacerlo. Hacer daño y estimularse con el daño es un auténtico error y hay que hablar de ello en casa también. Necesitamos una ley. La ley de Violencia de Género intentó incluir un artículo en el que se penalizaba la prostitución, pero hubo que retirarlo para que los partidos políticos la apoyaran, los hay a favor de la prostitución, salvo para sus hijas y sus sobrinas. Ahora está en las redes y el control policial se pierde. Hay que perseguir al putero, no a ella.
¿Qué medidas faltan para ampliar este camino recorrido?
Los medios de comunicación nos tienen que servir de muchísima ayuda, cuando Ana Orantes murió asesinada, todos se hicieron eco y fue un azicate para empezar a hablar de violencia en el Parlamento Nacional. Los medios de comunicación tienen que ser nuestros aliados.
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