No se obró el milagro. Las granotas soñaban con conseguir la primera victoria de la temporada contra el Barça, pero no la buscaron. Ningún tiro en la primera mitad. Ni a puerta ni a fuera. Nada. Y, así, los partidos no se ganan. El daño no fue mayor porque la fortuna no lo quiso así. Y eso que Pere Romeu alineó a sus jugadoras “menos” habituales. Solo cuatro de las que salieron de inicio ante el Chelsea repitieron en el once: Irene Paredes, Ona Batlle, Claudia Pina y Ewa Pajor. Precisamente, la polaca fue la primera en abrir la veda. Bajó el balón con el pecho y con la diestra la enfundó en el fondo de la red. Poco pudo hacer Anna Álvarez, en su debut en Primera División, para evitar el tanto de la killer del Barça.
Pese al tanto encajado, la defensa volvió a ser lo más brillante del Levante. Eva Alonso, Le Guilly, Tere Mérida y Alma Velasco achicaron tanto balones como pudieron. Cuando la ocasión lo demandaba, Sintia Cabezas, que firmó su mejor partido como levantinista, ayudaba en tareas defensivas. Cinco minutos tuvieron de respiro las granotas. Nada más. El monólogo del Barça se intensificó tras el paso por vestuarios. Kika Nazareth se encontró con el premio del gol que ya rondó en la primera mitad; Claudia Pina se rehízo de su fallo desde los once metros, precisamente, en ese mismo punto y; también desde la pena máxima, Alexia Putellas cumplió la ley del ex.
Érika, otra vez al larguero
Érika González fue la única referencia ofensiva del Levante durante todo el encuentro. De vez en cuando, Sintia Cabezas trataba de darle apoyo desde el costado izquierdo, pero la asturiana cargó prácticamente en solitario con el peso del ataque. Con el bloque defensivo replegado y su posición tan adelantada, demasiados metros la separaban de sus compañeras como para tejer una jugada con verdadero peligro. Aun así, Érika lo intentó, como en cada partido. Pero la suerte tampoco la acompañó esta vez: su disparo lejano —el único del Levante en todo el choque— se estrelló en la madera.
No hay forma de romper la norma
Que el Barça arrolle con sus goles no es nada nuevo. Y que lo haga en casa del rival, ahondado más en la herida, tampoco lo es. Sino que se lo digan al Levante UD, que ha sido la última víctima de la cacería blaugrana. Como era de esperar, se han cumplido los presagios. Eso sí, lo más inesperado del partido ha sido el resultado. Porque pocos contaban con un Barça que, después de endosarle ocho goles al Athletic y seis al Atlético de Madrid, ‘solo’ le marcase cuatro al colista.
El Levante aguantó los primeros 45 minutos con un 0-1. Solo en los mejores sueños se podía esperar tal resistencia levantina. Pero la normal volvió a cumplirse y llegó otra goleada en casa a manos del Barça. Y ya van seis consecutivas. La última vez que las valencianas cayeron en feudo granota por la mínima se remonta a la temporada 2018-19. Aquella derrota por el solitario gol de Mariona Caldentey, fue la excepción que precedió a una secuencia de goleadas: en la temporada 2020-21 el resultado final fue un 0-3; en la 2021-22, un 1-4; en la 2022-23 el mismo resultado que este domingo; en la 2023-24, fueron cinco los goles encajados; y el último precedente se cerró con un 1-4.









