Los vecinos y vecinas del barrio del Raval de la localidad valenciana de Algemesí reclaman al ayuntamiento la demolición de una decena de casas situadas en la avenida de Carlet que sufrieron graves daños estructurales por el desbordamiento del río Magro durante la trágica dana del 29 de octubre.
Casi trece meses después de la dana, las viviendas, como explican los afectados, se han convertido en un foco de okupación y consumo de drogas. Solo hace falta dar un paseo por la avenida para descubrir que, ante la falta de medidas y la facilidad para acceder a su interior, son varias las personas que se introducen en estos inmuebles, que podrían sufrir desprendimientos en cualquier momento, para llevar a cabo este tipo de acciones. No sólo aprovechan para dormir en algunos de los colchones depositados en el interior de las casas en ruina, sino también para robar algunas de las piezas que todavía albergan o para consumir droga y tabaco.
En una de las primeras casas se encuentra sentado entre escombros un hombre de mediana edad, que responde al nombre de Antonio y que, en ese momento, está fumando un cigarro. «No hago nada aquí», responde al ser sorprendido en su interior. Con actitud tranquila, el varón explica que «no es la primera vez que me meto aquí». «Yo no duermo aquí, pero sí que hay gente que se queda«, afirma, al tiempo que añade que «aprovecho para refugiarme del frío porque ahí fuera hace frío». Un par de minutos después del inicio de la conversación, otro varón se introduce en este inmueble con un palo en la mano, aunque no realiza ningún gesto, sino que se termina marchando.
Pocos son los vecinos que se atreven a caminar por esta calle. Rebeca (nombre ficticio para preservar el anonimato de la residente) señala que «se ha convertido en un peligro». «Al haber paredes derribadas, se meten y da miedo, sobre todo por la noche«, insiste. Añade: «Por la noche no se puede pasar porque está lleno de gente y tienen malas pintas. A los niños tenemos que decirles que no se acerquen porque no sabes cómo pueden reaccionar». Reconoce que la escena se reproducía en el antiguo CEIP Carme Miquel, el colegio afectado por la dana que la Conselleria de Educación derribó. «Allí hacían lo mismo, pero tiraron las casas y se terminó el problema», afirma.
Un joven merodea por las viviendas desalojadas en la avenida de Carlet, en la mañana del viernes. / PERALES IBORRA
Los propietarios de estas viviendas también son conscientes de la problemática. Algunos inmuebles, que consiguieron salvarse de la riada, están cerrados con candado y cadena para evitar que puedan acceder a su interior. Además, una de las casas informa de que dispone de sistema de vigilancia. La policía local ha reforzado durante estos meses la vigilancia por esa zona, aunque señala que son casos puntuales.
Derribo inminente
El Ayuntamiento de Algemesí anunció que asumiría la demolición de estas viviendas que se encuentran en situación legal de ruina para descargar de gastos a sus propietarios, que han tenido que buscar una nueva vivienda en la que residir.
El consistorio adquirió estos terrenos por un valor de 600.000 euros tras aprobar de manera unánime una modificación de crédito extraordinario durante el pleno celebrado el mes de marzo. Así, el ayuntamiento se comprometía a asumir el derribo de estas viviendas con el objetivo de que no se vuelva a construir en esta zona gravemente afectada por la riada. El alcalde de la localidad, José Javier Sanchis, reconocía a este diario la dificultad de encontrar a todos los propietarios para poder llevar a cabo la adquisición de los terrenos. Preguntado sobre este tema esta semana, Sanchis señala que la compra «está muy avanzada, ya que se han subsanado prácticamente todos los problemas que habían surgido», por lo que se prevé que el derribo se lleve a cabo en breve.
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