Cuatro años. Este es el tiempo que un asturiano de unos 50 años ha pasado sin ver a su hijo después de un largo proceso judicial iniciado por la denuncia de malos tratos interpuesta por su pareja sentimental y madre del joven, menor de edad en el momento en el que se inició el litigio. Un proceso judicial en el que llegó a afrontar tres años de cárcel y del que acaba de salir absuelto en sentencia ya firme. «¿Quién le devuelve el tiempo perdido con su hijo?», reflexiona Yolanda Payo Cimadevilla, la abogada que defendió a este gijonés a lo largo de este proceso judicial.
Los hechos sucedieron de la siguiente manera. Este individuo mantenía una relación sentimental con una mujer. Los dos tienen distinto grado de discapacidad. Vivían en una casa en el concejo de Caravia y tenían un hijo. Cuando el pequeño cumplió los catorce años, la mujer interpuso una denuncia por malos tratos psicológicos contra su compañero y decidió dejarle. Se refugió en Gijón, y a partir de ahí se inició un proceso judicial que acaba de llegar a su fin.
En su denuncia, esta mujer describía al investigado como una persona «machista» que la obligaba a «trabajar en la huerta» y que para todo debía «pedirle permiso». Además, relataba que este hombre tenía «un bastón» que exhibía con frecuencia advirtiéndole que «era el bastón el que mandaba en casa si no le obedecía» en todo momento, afirmaba la mujer.
La denuncia, y el relato ofrecido por ella, desembocó en una orden de alejamiento que prohibía a este hombre acercarse a su ya expareja. Pero también a su hijo, menor de edad en aquel momento. Y eso a pesar de que el niño solicitó varias veces, sin éxito, tener contacto con su padre. Es más, el niño llegó a dejar de vivir con su madre, se estableció con su novia y tuvieron un hijo. El procesado, fruto de las medidas cautelares, tardó en poder conocer a su nieto.
La instrucción judicial y las distintas pruebas periciales retrasaron la celebración del juicio, que se celebró en el Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón hace pocas semanas. La Fiscalía solicitaba una condena de diez meses de cárcel por un delito de coacciones y otros diez meses por un delito de amenazas. La acusación particular, ejercida por la mujer, le atribuía un delito de maltrato habitual por el que elevaba su solicitud hasta los tres años de cárcel. En ambos escritos se añadía la prohibición de comunicarse y acercarse a la mujer durante cinco años.
La sentencia fue absolutoria debido a la «ausencia de toda corroboracion objetiva» en el relato que hacía la denunciante. Ninguno de los testigos que declararon apreciaron nunca «ninguna expresión insultante ni amenazante» por parte del investigado, que ahora, cuatro años después, ha vuelto a recuperar el contacto con su hijo.
La pareja vivía en Caravia
- Un gijonés de unos 50 años ha vuelto a recuperar el contacto con su hijo tras un largo proceso judicial de cuatro años en el que fue denunciado por su mujer de malos tratos. La pareja, en la que ambos tienen un grado de discapacidad, vivía en el municipio de Caravia. La mujer le denunció porque «era un machista» y la obligaba, según ella, a pedirle permiso para todo. También decía que la amenazaba con una vara.
- El hombre, que llegó a afrontar tres años de cárcel, decidió refugiarse en Gijón tras lo sucedido. Se dictó una orden de alejamiento contra él, por lo que no pudo estar con su hijo que, en el momento de los hechos tenía 14 años. El hijo llegó a pedir volver a recuperar el contacto con el padre, pero no le dejaron.
- La sentencia, ya firme, dictamina que el relato de la mujer no se puede corroborar. Cuatro años después, el padre ha vuelto a ver a su hijo.
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