Pese a un triunfo capital que sitúa al Hércules más cerca de la zona noble que del farolillo rojo y también, pese al estreno de un nuevo entrenador, que sobre el papel, llega con un proyecto ilusionante a la ciudad de Alicante, la estabilidad del Hércules sigue tambaleándose por un nuevo episodio que vuelve a confrontar a la propiedad con su gente, el motor real de la entidad. El conjunto, ahora dirigido por Beto Company, ganó cómodamente al Betis B, sin embargo, la victoria ha pasado a un segundo plano y la guerra entre grada de animación y propiedad está copando todos los titulares en los días posteriores al encuentro.
El Rico Pérez sorpendió el pasado sábado con un aspecto más parsimonioso de lo habitual. El ambiente era más frío y la explicación a este fenómeno radicaba en que la grada de animación, qué jornada tras jornada empuja a los suyos hacia la victoria de forma incondicional, había cambiado de emplazamiento. Ante el Betis B, esta parte de la hinchada se marchó fuera del estadio y se ubicó en el aparcamiento. Esta medida de protesta se llevó a cabo porque, según los aficionados, se les había denegado el acceso a su lugar. Por otro lado, la entidad explicó que no se prohibió la entrada a nadie, sino que se procedió a exigir el carné de socios a todo el que pretendiese entrar al recinto.
Todo este tumulto provocó que muchas de las organizaciones más numerosas mostraran su disconformidad con todo lo ocurrido y no dudaron en señalar a la propiedad. A todo este cúmulo se le sumó un incidente en la grada con la hija de Enrique Ortiz, Sofía. Según sus redes sociales, sufrió una «agresión machista» y ella respondió con una «peineta».
Ante todo este altercado, sobre el papel, debería haber dado un paso hacia delante el Consejo Social del Hércules, una entidad creada en su momento para agrupar a las peñas y darles una herramienta de comunicación directa con el club y su propiedad. Fue petición expresa del alcalde de Alicante Luis Barcala a Enrique Ortiz para que escuchase y tuviese más presente a su masa social, bastante en desacuerdo con sus decisiones desde tiempo atrás.
Todos estos hechos terminaron con el abandono de una parte de los colectivos que integraban el Consejo Social, dejando muy en entredicho su existencia. Fueron nueve los grupos que dejaron por escrito su partida. Asociación Herculanos, el último de ellos, ha explicado en un comunicado que se desmarca del órgano. En esta nota, la entidad señala su decisión de salir del consejo debido a que con el paso del tiempo, piensan que «en las condiciones actuales», los objetivos con los que se creó el órgano, no se pueden cumplir.
«Nuestra prioridad siempre ha sido y seguirá siendo la defensa del herculanismo, la transparencia y el respecto hacia la afición. Permanecer en un espacio en el que no podemos contribuir de manera real y coherente con esos principios no tendría sentido», relataba el comunicado de Asociación Herculanos.
Son tiempos difíciles los vividos en los aledaños del Rico Pérez y el hermanamiento no parece estar a la vuelta de la esquina. Todas las partes perjuran tener la razón y pese al intento de Beto Company de conseguir una unidad, dentro y fuera del campo, las discrepancias y los reproches se han convertido en el pan de cada día en el entorno herculano.










