el referéndum de independencia de Cataluña

Las claves

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Carles Puigdemont ofrece a Pedro Sánchez una salida ante la crisis por corrupción: aceptar la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña.

Puigdemont plantea que el PSOE debe romper el Pacto de la Transición y reconocer el derecho a la autodeterminación catalana como única vía para salir de la situación actual.

El expresidente catalán vincula los procesos judiciales contra el entorno de Sánchez y miembros del Gobierno con el acuerdo alcanzado con Junts para la investidura.

Puigdemont reivindica como logros independentistas el pacto de Bruselas, la amnistía y las negociaciones con mediador internacional, y exige avanzar hacia un nuevo referéndum.

En el momento en el que más acorralado se encuentra el Gobierno de Pedro Sánchez por la corrupción, Carles Puigdemont le ofrece una salida desde Bruselas: aceptar la celebración de un referéndum de independencia para Cataluña.

Es la tesis que Puigdemont defiende en un artículo publicado este domingo en El País

«Si el socialismo español quiere salir del abismo» en el que se encuentra, afirma, «sólo tiene una opción»: romper el Pacto de la Transición sobre el que se sostiene el actual régimen constitucional y «reconocer el derecho a la autodeterminación» de Cataluña.

En su artículo, Puigdemont sugiere que las causas abiertas al fiscal general del Estado (condenado a dos años de inhabilitación), a Santos Cerdán y a miembros de la familia de Sánchez son el castigo de la judicatura por haber pactado con Junts su investidura.

Porque, recuerda el expresidente de la Generalitat, el encargado de firmar aquel acuerdo en Bruselas en representación del PSOE fue su secretario de Organización, Santos Cerdán, que acaba de salir de la prisión preventiva, investigado por el cobro de mordidas a la constructora Acciona.

El presidente de Junts alardea del éxito que supuso para el independentismo la firma del «Pacto de Bruselas», bajo una enorme foto de una urna del referéndum ilegal del 1-O.

En primer lugar, enumera, el PSOE asumió en el preámbulo del acuerdo el relato del independentismo, según el cual en Cataluña existe un «conflicto político», que se remonta a 1714, con la derrota de los partidarios del archiduque Carlos de Austria que supuso el fin de la Guerra de Sucesión.

Además, desgrana el fugitivo de la Justicia, el PSOE se comprometió a «depurar las responsabilidades de la guerra sucia» del Estado contra los líderes del referéndum ilegal del 1-O (en la comisión de investigación constituida en el Congreso), a los que pasó a reconocer como víctimas del «lawfare«.

Algo que, según Puigdemont, «provocó la primera erupción cutánea en la piel del Estado profundo»

También lo dice con otras palabras: «La firma del Pacto de Bruselas sacudió las aguas siempre turbias pero normalmente estancadas de la España profunda«.

En el mismo acuerdo firmado por Cerdán en Bruselas, el PSOE aceptó conceder a los líderes del 1-O la amnistía, que Sánchez y varios de sus ministros habían calificado hasta entonces de «inconstitucional».

A todo ello se sumaron, menciona el líder de Junts, otras «incomodidades» como citarse para negociar una vez al mes en Suiza «ante un mediador/verificador internacional, la exigencia de hacer oficial el catalán en la UE [que el Gobierno no ha conseguido sacar adelante] y la aprobación de la oficialidad del catalán en el Congreso de los Diputados».

«Las costuras aún no se habían roto», relata Puigdemont, «sólo las habíamos tensionado, pero se intuía el mar de fondo».

Dos años después de la firma de aquel acuerdo, continúa, «el protagonista de aquella primera foto en el Parlamento ya ha pasado unos cuantos meses en prisión, acusado de corrupción», dice en alusión a Santos Cerdán.

Además, «se han abierto procesos penales contra el entorno del presidente Pedro Sánchez y también directamente sobre su familia, y el fiscal general [Álvaro García Ortiz] alineado con el Gobierno y pieza clave para garantizar el cumplimiento de la ley de amnistía acaba de ser condenado e inhabilitado para ejercer el cargo«.

Carles Puigdemont sugiere así que todos estos procesos judiciales responden a la maquinaria puesta en marcha por el Estado «profundo» para derribar a Pedro Sánchez, por haber entregado a Junts la amnistía, a cambio de su apoyo a la investidura.

«A los socialistas los han enviado a la misma sastrería en la que se fabricaron los trajes a medida que prepararon para nosotros«, afirma gráficamente.

Pero le ofrece una salida: «si el socialismo español quiere salir del abismo» y el propio Pedro Sánchez quiere evitar que la maquinaria del Estado acabe con él, el PSOE debe romper el «Pacto de la Transición», que garantizó «la continuidad de la monarquía», en la Constitución de 1978.

Y el primer paso sería «reconocer el derecho a la autodeterminación de los pueblos, que es un concepto que el Partido Socialista había defendido durante décadas», remata Puigdemont. Un derecho que Junts pretende ejercer mediante un nuevo referéndum de independencia.

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