El Instituto de Investigación social de los clientes del Grupo Redondo, Opina 360, su director, Juan Francisco Caro, y el propio Iván Redondo llevan meses hablando el “momentum antipolítico” que padece la política de nuestro país: una desafección aseverada que, “pagando justos por pecadores”, devuelve al bipartidismo al 2015. La mayoría de los barómetros, públicos y privados, mantienen a Vox por encima del 20%, y este, quizá, sea el mensaje más claro que la sociedad quiera transmitir a sus políticos: queremos romper con lo actual. Y no necesariamente por ideología.
En un clima de crispación y polarización, la tolerancia del electorado sobre la idiosincrasia de la política española está en una de sus cuotas más bajas. Y ello, junto con la insatisfacción de los problemas de la ciudadanía, produce un rechazo que invita a los españoles a desestimar cualquier liderazgo político convencional (el bipartidismo se conforma con el 56% de intención de voto). A uno de cada cuatro españoles (27,6%) no le convence ningún líder para habitar el Palacio de la Moncloa. Es la opción mayoritaria seguida de Pedro Sánchez (24,5%), Santiago Abascal (11%) y Alberto Núñez Feijóo (8,9%). Cabe destacar que la diferencia entre los candidatos del espectro conservador, Abascal y Feijóo, es cada vez más pronunciada en favor de la ultraderecha. Este enojo hacia los candidatos aumenta entre los electorados del 23J: PP, 25,3%; PSOE, 18,5%; Vox, 10,6%; Sumar, 18,3%; y entre los nuevos votantes jóvenes, un 21,3%.
¿Qué ocurre con el liderazgo en el PP?
🔵 Solo un tercio de sus votantes del 23J (37,9%) prefiere a Feijóo como presidente del Gobierno
– Un 12,6% prefiere a Ayuso
– Un 10,4% optaría por Abascal
❌ El 25,3% no elegiría a ningún líder— Opina 360 (@Opina360) November 19, 2025
Vox, “que no es ni se comporta como Ciudadanos (Cs)”, ha sabido absorber todo el voto protesta frente al bipartidismo-sistema con “más ideas que ideologías y personas más que partidos”. La extrema derecha española vislumbra un futuro nunca visto aún en España: el autoritarismo en plena democracia. También un nuevo desafío para la derecha tradicional: el mimetismo y la complicidad con su socio/enemigo. El liderazgo de Feijóo arrastra un desgaste que, sin haber alcanzado el poder, ha dejado con poco sabor de boca sus propios simpatizantes. Solo un tercio de los votantes del 23J (37,9%) prefiere a Feijóo como presidente del Gobierno. Un 12,6% prefiere a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, un 10,4% optaría por Abascal y el 25,3% no elegiría a ningún líder.
El ‘momentum antipolítico’ en los datos del @CIS_Institucion:
❌A uno de cada cuatro españoles (27,6%) no le convence ningún líder para presidente del Gobierno. Es la opción mayoritaria.
🔴Sánchez: 24,5%
🟢Abascal (11%) amplía su brecha sobre Feijóo (8,9%) pic.twitter.com/q2ywYSuv87— Opina 360 (@Opina360) November 19, 2025
La desconfianza depositada en el liderazgo actual de Génova 13 provoca el inflamiento de su derecha y corrobora el crecimiento de la antipolítica y el trincherismo. El PP parte de una fidelidad de voto declarado del 61% (siete puntos menos que el PSOE), con un trasvase del 16% a Vox (cerca de 1,3 millones), y sin que le lleguen votos masivos de otros sitios, es imposible que esté por encima del 30%. Feijóo, con el ciclo electoral autonómico, la crisis sanitaria en Andalucía, el relevo de la Comunitat Valenciana, el auge de Vox y las rebeldías del PP de Madrid en el horizonte, pelea por erigirse como un líder de la oposición convincente y solvente, lo más transversal posible. Pero, según los datos del barómetro de Opina 360 y el último avance del CIS de noviembre, apenas consigue atraer a nuevos votantes y tampoco reduce sus transferencias en favor de Bambú 12. Vox sigue sin tocar techo y amplía su preferencia entre hombres y mujeres menores de 44 años y Feijóo, que prometió que no incluiría a Abascal en el Consejo de Ministros, estará condenado a subordinarse a la influencia de una corriente de ultraderecha con cada vez más fuerza.












