Juanfran Pérez Llorca ya sabe cuál es el día D para su investidura: el próximo jueves 27 de noviembre. Ese día, a partir de las 11 de la mañana, están convocados los 99 diputados para celebrar el pleno en el que el ya oficialmente candidato se someterá a la prueba del algodón y del que espera salir nombrado como ‘president’ de la Generalitat. Para ello requerirá del apoyo de Vox. Pero ese es otro cantar que, como muy tarde, se sabrá por la tarde cuando tras la participación de los cuatro grupos parlamentarios se habiliten las votaciones.
De momento, el primer acuerdo lo manifestaron en la junta de síndics de este jueves populares y voxistas para fijar la fecha definitiva. Un día después del registro del nombre de Pérez Llorca como aspirante, y ya sin ejercer las funciones de portavoz del PPCV, se abría el abanico de plazos que podría haber llegado hasta el primer día de diciembre si se hubiera deseado estirar las costuras del reglamento. Pero no. No se irá tanto y el pleno será la próxima semana, el jueves, en una previsible única jornada, siempre que no se requiera una segunda votación.
La sesión comenzará a las 11 de la mañana y será con la exposición del programa político de gobierno del candidato, en este caso, Pérez Llorca, sin límite de tiempo en el que solicitará la confianza de las Corts. Tras esta primera intervención, se suspende la sesión «por un tiempo no superior a veinticuatro horas» que, raro será que supere en este caso la hora. Luego será el turno durante 30 minutos cada uno de los grupos parlamentarios, de mayor a menor, excepto el que propone al aspirante, el PP, que lo hace en último lugar. A todos ellos les podrá responder Llorca conjunta o separadamente durante 30 minutos y luego hay otro turno de réplica de 10 minutos.
Sesión plenaria en las Corts, imagen de archivo. / José Cuéllar/Corts
En caso de salir adelante la investidura se abriría la duda de las posibles fechas de la toma de posesión, que se fijaría a inicios de la siguiente semana, alrededor del 2 o 3 de diciembre, según expresaron los grupos parlamentarios. El PP ha recordado, sin embargo, que para fijar esa toma de posesión es necesario que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, publique en el BOE la investidura de Pérez Llorca. Dispone de un plazo de diez días. «Veremos la prisa que tiene el presidente del Gobierno en que los valencianos tengamos presidente», ha dicho el síndic popular, Fernando Pastor.
Segunda votación: el sábado
Lo que parecía bastante probable es que el pleno de investidura no iba a ser ni lunes ni martes. Fuentes de los ‘populares’ habían trasladado desde el primer momento en que se apuró el plazo para oficializar el registro de la candidatura de Llorca que sería demasiado apresurado hacerlo el primer día de la próxima semana. Legalmente hubiera sido viable, con acuerdo de todos los grupos, pero se prefería más adelante. Menos posible era el martes, con presencia de Felipe VI en València en un doble acto en los Premios Jaume I y en la apertura del curso universitario.
Así, pese a que la fecha más proclive parecía el miércoles, PP y Vox han optado por dilatar un poco más los tiempos y llegar hasta el jueves, lo que alargará más de tres semanas la sucesión de Carlos Mazón que la anunció el 3 de noviembre. En ese pleno de investidura, el aspirante del PPCV necesita recibir el respaldo de la mayoría de la cámara, fijado en 50 escaños. Es decir, los 40 diputados de su grupo más al menos 10 de los 13 de Vox. De no conseguir esos apoyos, se celebraría un segundo pleno 48 horas después, el sábado 29 de noviembre, requiriéndose entonces una mayoría simple (más síes que noes).
Si no se articula esa mayoría, se activa automáticamente un plazo de dos meses desde la primera votación, el 27 de noviembre, tras el que se convocarían elecciones entre los siguientes 54 a 60 días, por lo tanto, en el ámbito de la especulación, las elecciones quedarían ya para marzo. En ese lapso, en todo caso, se podrían seguir convocando plenos para lograr recabar los votos suficientes. No obstante, esta opción parece muy poco probable dado el ambiente de receptividad entre ‘populares’ y voxistas.
Suscríbete para seguir leyendo












