Un contexto de recuperación que se topa con un factor inesperado
La economía europea llegaba al cierre de 2025 con señales de mejora en sus indicadores corporativos. Los datos de LSEG situaban el crecimiento de beneficios en el 6,2% durante el tercer trimestre, un resultado superior al previsto y que reforzaba la idea de una región capaz de navegar entre el enfriamiento industrial y las tensiones arancelarias. Sin embargo, la tensión cambiaria ha emergido como el principal condicionante del ciclo actual.
La combinación de incertidumbre política en Estados Unidos, la volatilidad en los activos denominados en dólares y la búsqueda de refugio en el euro ha impulsado una revalorización del 12,4% de la divisa europea. Este avance, aparentemente positivo, está teniendo un efecto directo en las exportaciones y en la conversión de ingresos obtenidos fuera de la zona euro.
Por qué afecta tanto una apreciación del euro
El comportamiento de las divisas no solo altera el valor relativo entre monedas; modifica el precio de los bienes exportados y reduce los ingresos cuando se convierten a euros. Según cálculos de varias entidades financieras, un avance del 10% del euro puede suponer un ajuste de hasta el 2% en los beneficios empresariales. Este porcentaje, que ya era conocido en entornos analíticos, ha demostrado quedarse corto.
La temporada de resultados ha puesto cifras más contundentes sobre la mesa, revelando que la fortaleza del euro está infligiendo daños que superan ampliamente las previsiones. Las alertas no solo han llegado desde firmas industriales o energéticas, tradicionalmente expuestas a movimientos de divisa, sino desde sectores cuya dependencia de Estados Unidos es mucho más estructural.
Las primeras señales: Siemens desata la preocupación
El caso de Siemens se ha convertido en el punto de inflexión. La compañía reconoció que la depreciación del dólar recortó cuatro puntos porcentuales de sus pedidos y tres puntos de su facturación. Este ajuste, de carácter inmediato, fue suficiente para provocar un retroceso del 9,35% en su cotización en una sola sesión.
El impacto descrito por el grupo alemán ha sido interpretado como un aviso para otros gigantes industriales. Si una empresa con un negocio tan diversificado registra un golpe tan significativo, el temor es que la tendencia afecte de forma homogénea al resto del tejido económico europeo.
Philips, Inditex y el sector textil se suman a la lista
En Países Bajos, Philips comunicó un impacto del 4,5% en sus resultados. En España, Inditex trasladó a los inversores que sus ventas globales experimentarían una reducción del 4% debido al efecto divisa durante 2025. El sector textil, caracterizado por una fuerte presencia en Estados Unidos, se encuentra entre los más vulnerables.
- H&M: ajuste de cinco puntos porcentuales, agravado por la revalorización de la corona sueca.
- Adidas: impacto del 4,5% en ventas.
- Marcas de lujo: LVMH y Kering confirmaron un golpe del 5% en sus cuentas.
Alimentación, farmacia y lujo: el efecto se multiplica
Más allá de la industria o el textil, el efecto divisa se está propagando por sectores que históricamente han mostrado estabilidad. Nestlé informó de un impacto del 5,4% y Unilever reconoció un retroceso aún mayor, del 6,1%, debido a la fortaleza del euro frente al dólar.
La industria farmacéutica tampoco escapa a esta tendencia. Novo Nordisk atribuye un 6% de lastre a la divisa en sus previsiones para 2025. Sanofi sitúa el efecto en el 4% para ventas y el 6% en beneficios. Bayer, por su parte, cuantifica el impacto en 447 millones de euros solo en el tercer trimestre.
Automoción: el movimiento de divisas se traduce en cifras récord
El sector del automóvil, fuertemente internacionalizado, está recibiendo uno de los ajustes más elevados. Stellantis reconoció que la variación del tipo de cambio le ha costado 1.700 millones de euros. La caída bursátil posterior superó el 10%.
Volkswagen y Mercedes-Benz también han comunicado efectos relevantes, este último cifrado en 613 millones de euros vinculados a la evolución del dólar.
Un daño más profundo de lo previsto
A medida que se acumulan los comunicados de resultados, el patrón es claro: el fortalecimiento del euro está impactando a prácticamente todos los sectores de la economía europea, con efectos que en muchos casos duplican o triplican las estimaciones previas.
Las empresas tienen un margen de maniobra limitado. La mayoría recurre a coberturas financieras, ajustes de precios y reconfiguración de estructuras regionales, pero ninguna de estas estrategias puede contrarrestar completamente un movimiento tan brusco y prolongado en la divisa.
España, relativamente protegida
Pese a la magnitud del fenómeno, España presenta una exposición menor debido a que su relación comercial con Estados Unidos es más reducida que la de otros países europeos. Aun así, las grandes multinacionales españolas con actividad global están notando los efectos en sus previsiones para el próximo año.
Qué puede ocurrir si continúa la divergencia monetaria
El escenario futuro dependerá de las decisiones de política monetaria. Si la Reserva Federal continúa recortando tipos mientras el Banco Central Europeo mantiene su postura actual, la brecha entre el dólar y el euro podría ampliarse. Esta situación profundizaría aún más el impacto sobre las cuentas empresariales, especialmente en aquellas compañías con elevada presencia en Estados Unidos.
Con el euro fortalecido, el tejido empresarial europeo enfrenta un desafío que excede lo coyuntural: su competitividad exterior. El próximo ciclo económico dependerá, en gran medida, de si la divisa encuentra un nuevo equilibrio que permita a las exportaciones recuperar tracción y a las compañías estabilizar sus márgenes.















