La despenalización de los psicodélicos no incrementaría los riesgos relacionados con la salud, según un estudio que analizó más de un millón de atenciones hospitalarias en Estados Unidos entre 2016 y 2023. Los resultados muestran que el consumo de psicodélicos que podrían ser admitidos por la ley constituye un porcentaje mínimo del total de ingresos por sustancias.
Investigadores de Universidad de Saint Louis y la Universidad de Washington en Saint Louis, en Estados Unidos, hallaron que las admisiones hospitalarias relacionadas con alucinógenos, entre ellos psilocibina, ketamina y otros compuestos incluidos en un debate sobre su posible despenalización en distintos estados, representan una fracción muy pequeña de los ingresos ligados a sustancias y otros consumos potencialmente nocivos.
Un porcentaje mínimo
El trabajo, publicado en la revista JAMA Network Open, examinó 1.355.161 pacientes con admisiones relacionadas con sustancias: de ellos, 21.700 (1,6 %) presentaron al menos un ingreso vinculado a alucinógenos. Los autores observaron que, aunque el consumo autoinformado de alucinógenos había aumentado en encuestas poblacionales, ese incremento no se tradujo en un aumento proporcional de visitas a urgencias u hospitalizaciones por estas sustancias.
“Esos aumentos no parecen estar contribuyendo a un incremento en las visitas a urgencias. Por el contrario, el alcohol y otras drogas parecen estar impulsando las consecuencias adversas relacionadas con el uso de psicodélicos, cuando se consumen en conjunto”, señaló en una nota de prensa el científico Richard Grucza, coautor del estudio.
El análisis también pone en evidencia la magnitud del problema: las admisiones relacionadas con alcohol y opioides representaron la abrumadora mayoría de los casos relacionados con sustancias durante el período estudiado, mientras que los alucinógenos oscilaron entre 0,6 % y 1,2 % del total mensual de ingresos por uso de sustancias. En otras palabras, en términos absolutos los psicodélicos constituyen hoy una causa menor de morbilidad aguda frente a otras drogas.
Faltan más datos, pero se reducen los miedos
La realidad es que algunos estados del país de América del Norte ya han avanzado en la despenalización de las terapias psicodélicas o están a punto de legalizar la psilocibina y otros compuestos para su uso clínico, en personas con estrés postraumático o enfermos terminales, entre otros casos en los que existen indicios de un uso terapéutico beneficioso.
Referencia
Trends in Hallucinogen-Related Emergency Department and Hospital Admissions, 2016 to 2023. Jacob T. Steinle et al. JAMA Network Open (2025). DOI:https://www.doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2025.43453
A pesar de esto, algunos científicos advierten que el nuevo estudio tiene limitaciones metodológicas que impiden atribuir cambios a reformas legales locales. Los códigos empleados en el análisis agrupan sustancias diversas, algo que dificulta separar efectos por compuesto. Además, la base de datos utilizada carece de identificadores geográficos, por lo cual no es posible evaluar de forma directa el impacto de despenalizaciones municipales o estatales en zonas concretas.
En resumen, los hallazgos marcan que la despenalización de psicodélicos, tal como se ha impulsado en varias jurisdicciones, no ha provocado un aumento detectable de ingresos hospitalarios relacionados con estas sustancias en todo Estados Unidos durante el período 2016–2023. Los investigadores solicitan nuevos estudios que separen tipos de sustancias y consideren contextos locales, pero los datos aportan una serie de evidencias empíricas que disminuyen temores sobre posibles consecuencias graves relacionadas con los cambios legales.
















