Siete años después de ordenar el brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi, el príncipe Mohamed bin Salmán, heredero al trono en Arabia Saudí, ha vuelto a ser recibido con todos los honores en la Casa Blanca. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió a su invitado sin ambages e incluso pareció justificar la ejecución del reportero, también descuartizado. «Cosas que pasan», llegó a decir.
Más allá de esas escandalosas declaraciones, la rehabilitación del primer ministro saudí se ha completado en las últimas horas con una serie de eventos en los que han desfilado celebridades como Elon Musk, el hombre más rico del mundo, o Cristiano Ronaldo, exjugador de Real Madrid. ¿Quiénes eran y qué hacían ahí?
El besamanos desplegado esta semana en Washington responde principalmente a cuestiones estratégicas de la clase política. Por un lado, la administración quiere reforzar su relación comercial y militar con Riad, contrapeso de Irán, el principal enemigo de EEUU en Oriente Medio, y tratar de establecer una normalización de sus relaciones con Israel, su gran aliado. Por el otro, Trump y su familia están aprovechando su posición de poder para cerrar negocios multimillonarios con empresas y fondos soberanos saudíes en sectores que van del inmobiliario a las criptomonedas.
Elon Musk, en el centro, abandona un almuerzo ofrecido por el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman al presidente Donald Trump en el Palacio Real de Riad. / AP
Riad, aliado clave de la IA
Es también el caso de los líderes de Silicon Valley, meca de la poderos industria tecnológica estadounidense. En la gala principal, celebrada en la Casa Blanca, han acudido jefes del sector como el mencionado Musk, Jensen Huang (Nvidia), Tim Cook (Apple), Alex Karp (Palantir), Brian Armstrong (Coinbase) o Marc Benioff (Salesforce). También había otros altos directivos de firmas tecnológicas destacadas como Google, IBM, Andreessen Horowitz, Cisco y Adobe.
Todos ellos hacen —o quieren hacer— negocios con Arabia Saudí. En 2018, el asesinato de Khashoggi llevó a muchas compañías del valle a dejar de buscar financiación en la petromonarquía. Sin embargo, tras la recesión de 2022, el pragmatismo se impuso. Riad y su abundante riqueza estatal son hoy un aliado indispensable para el sector tecnológico estadounidense. Su bolsillo ha regado compañías como Meta —propietaria de Facebook e Instagram—, Alphabet —matriz de Google y Youtube—, Uber o WeWork.
El encuentro puede acelerar esos negocios. Sin ir más lejos, David Ellison, presidente y director ejecutivo Paramount Skydance, está negociando con el fondo soberano de Arabia Saudí para que apoye su intento de comprar Warner Bros. Discovery y erigir un gran imperio mediático, según The Financial Times. Ellison, también presente en la cena, es hijo de Larry Ellison, jefe de Oracle, segundo hombre más rico del mundo y principal inversor de la nueva empresa que controlará TikTok en EEUU.
Todo apunta a que seguirá siendo así. En un escenario en el que el auge de la inteligencia artificial no ha hecho más que multiplicar la necesidad de capital, la opulencia inversora de la dictaduras del Golfo es difícil de ignorar. «Es una verdadera desventaja… pero ‘ninguna persona mala debería beneficiarse nunca de nuestro éxito’ es un principio difícil de aplicar en la gestión de una empresa», confesó en privado Dario Amodei, director ejecutivo de Anthropic, que ha dado la espalda a los saudíes, pero no a Catar. OpenAI, desarrolladora de ChatGPT, se ha aliado con MGX, un fondo estatal de los Emiratos Árabes Unidos.
Ronaldo y altos directivos
También han estado presentes otros líderes empresariales interesados en el dinero de Riad como Mike Wirth, director ejecutivo del gigante petrolero y gasístico Chevron; Steve Schwarzman, del fondo buitre Blackstone; Jane Fraser, del banco de inversión Citigroup; Mary Barra, del fabricante de automóviles General Motors; o Albert Bourla, de la biofarmacéutica Pfizer.
Entonces, ¿qué hacía Ronaldo ahí? El futbolista portugués ha acudido al acto como parte de la delegación que acompaña a Bin Salmán. Eso se explica porque el delantero juega actualmente en el Al-Nassr Saudi Club Al-Riyad, primer clasificado de la liga saudita, por lo que cobra 200 millones de euros al año. CR7, además, también ha estado acompañado de Gianni Infantino. El presidente de la FIFA lleva meses cortejando a Trump porque EEUU acogerá el año que viene —junto a México y Canadá— la Copa del Mundo de fútbol. Los negocios son los negocios.
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