EEUU trabaja codo a codo con Rusia en un plan secreto para acabar con la guerra en Ucrania. El medio norteamericano Aixos ha dado cuenta de las conversaciones que incluyen varios puntos aunque muchos de ellos no han sido confirmados oficialmente. A continuación, varias claves para explicar los detalles de este plan de trabajo.
Steve Witkoff, una de las figuras más visibles de la política exterior estadounidense, lidera las conversaciones por parte de EEUU. Es un multimillonario empresario inmobiliario, amigo y compañero de golf del presidente Donald Trump, enviado presidencial especial de la Casa Blanca para Oriente Próximo. Representa a Washington en los principales conflictos en la región, desde las tensiones con Irán hasta las negociaciones para un alto el fuego en Gaza, así como la guerra en Ucrania.
Por parte rusa, Kirill Dmitriev, que dirige el Fondo Ruso de Inversión Directa, lidera las conversaciones que, según ha asegurado, parte de principios que Trump y Putin acordaron previamente en una cumbre en Alaska.
El plan secreto en el que trabajan EEUU y Rusia contine una hoja de ruta que consta de 28 puntos divididos en cuatro grandes bloques, tal y como detalla el medio estadounidense ‘Axios’, que asegura que está inspirado en el plan que Trump impulsó para un alto el fuego en Gaza. La paz en Ucrania, las garantías de seguridad para ambos contendientes, la seguridad en Europa -arquitectura de seguridad europea- y relaciones futuras entre EEUU, Rusia y EEUU son las cuatro grandes áreas sobre las que se sostiene el plan.
Control territorial del este de Ucrania
Una de las cuestiones más controvertidas es cómo quedaría el control territorial del este de Ucrania. Varios medios señalan, a falta de confirmación oficial, que la hoja de ruta pasa por que Ucrania ceda partes del Donbás (Luhansk y Donetsk) o reconozca un «control de facto» para Rusia. También aborda el planteamiento de reducir de forma drrástica el Ejército ucraniano, prácticamente a la mitad. Hay menciones de restricciones al armamento ucraniano: por ejemplo, que Ucrania renuncie a misiles de largo alcance que puedan alcanzar Moscú. La hoja de ruta sugiere que el ruso podría obtener un estatus más formal como lengua reconocida en Ucrania -incluso como idioma oficial- así como dar más presencia a la iglesia ortodoxa rusa.
‘Think tanks’ y analistas, como Chatman House, advierten de que un acuerdo impuesto o sin la plena participación de Ucrania corre el riesgo de ser una «paz frágil» o una «paz falsa» que podría consolidar conquistas militares en vez de resolver las causas del conflicto. Igualmente, señalan que elementos filtrados —cesión de territorios, fuertes recortes al ejército ucraniano, limitación de capacidades de largo alcance— son políticamente difíciles de aceptar por Kiev y por buena parte de Europa.
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