En Jamones Encinacorba cuesta encontrar una pizca de ilusión. No es para menos. En dos madrugadas, un día a finales de septiembre y otra este mismo lunes, les han robado unos 600 jamones. Y la factura es cuantiosa: unos 50.000 euros. Así que su propietaria, Mar Bayona, se siente «impotente». Más aún tras el segundo robo que sufrieron hace poco más de 48 horas, cuando una banda de butroneros realizó un agujero enorme en la nave y se llevó 150 perniles. «Si hay un tercer robo me estoy planteando el cierre, pero tengo a siete familias a mi cargo y no puedo tomar una decisión en estos momentos», se resigna Bayona.
Así que ahora fía el futuro del secadero a una buena campaña de Navidad -«que se vendan muchos jamones», confía Bayona- porque tienen que asumir las deudas «hasta que pague el seguro». Por eso aprovecha para hacer un llamamiento a comprar en «los pequeños negocios de toda la vida», en esa España vaciada en la que se enclava el pequeño municipio de Encinacorba, para la que reclama mejores servicios públicos. «No sé como quieren revitalizar a los pueblos, pero esto que ha pasado es una inseguridad para la gente que duerme en Encinacorba. Entre todos tenemos que conseguir que el medio rural sea más seguro», reflexiona la propietaria de esta empresa familiar, que lleva más de 40 años secando jamones a los pies de la Sierra de Algairén.
«Dos palos muy grandes»
Porque, si no es así, ya han visto cómo pueden sufrir «dos palos muy grandes» en solo unas semanas. Si a finales de septiembre ya les robaron 450 jamones, la madrugada de este mismo lunes fueron unos 150 perniles. Y lo consiguieron en unos pocos minutos «desde que sonó la alarma», cuando los butroneros realizaron un agujero enorme en la nave con una máquina que habían robado en las obras de la línea del ferrocarril. En este tiempo se personó una pareja de la Guardia Civil que estaba patrullando por la zona de Daroca.
Los ladrones realizaron el butrón con una máquina que robaron de las obras de la línea del ferrocarril. / SERVICIO ESPECIAL
La denuncia se interpuso en el puesto de Cariñena y ese mismo lunes se desplazaron agentes de Policía Judicial para recabar pruebas en el secadero. Aprovecharon su viaje para hacerlo también en el estanco de Alfamén, donde esa misma madrugada robaron unos 8.000 euros. Y es que esa reivindicación de la propietaria de Jamones Encinacorba, la de dotar al medio rural de más guardias civiles, es también la de muchos vecinos de municipios cercanos en Valdejalón, por ejemplo.
Este año, de hecho, en Jamones Encinacorba habían preparado unos aguinaldos en homenaje «a nuestros pueblos», «a los productores que mantienen viva nuestra tierra»y «a los sabores auténticos de Aragón». «Cada lote reúne productos elaborados en la llamada España vaciada, donde el esfuerzo, la tradición y la calidad se mezclan para crear algo único», defiende la carta de presentación de la campaña navideña. Y aunque ahora Bayona está «muy triste», se va a aferrar a este orgullo rural para seguir adelante con el negocio que abrió su padre hace más de 40 años.
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