El programa Herrera en COPE ha abordado este miércoles, en la sección ‘Traficantes de Palabras’ con el escritor Jacobo Bergareche, la costumbre cada vez más extendida de poner etiquetas a todo el mundo. Bergareche ha señalado, en conversación con Jorge Bustos, el peligro de esta práctica, especialmente «cuando tiene que ver con atribuciones de salud mental al prójimo, como por ejemplo, llamar psicópata alegremente al personal a la primera de cambio».
Salud mental, un problema de todos
Un arma para deshumanizar
Según Bergareche, «desde hace un tiempo nos hemos aficionado a hacer diagnósticos psicológicos«. Ha explicado que cuando alguien no es capaz de terminar un libro, se declara «hiperactivo» o si no pone tildes, culpa a su «dislexia«. Esta tendencia se extiende a las relaciones personales, donde los «exnovios son narcisistas«, y llega con especial fuerza a la política.
ESCUCHA AQUÍ EL PODCAST

El escritor ha afirmado que «patologizar cualquier conducta es la manera más rápida de explicarla», pero ha recordado que para diagnosticar a alguien hace falta rigor clínico, entrevistas personales y tests especializados. A pesar de ello, la palabra «psicópata» se ha convertido hoy en «un arma arrojadiza«, aplicándose a líderes como Trump, Putin o Pedro Sánchez, y más recientemente a Mazón.
Bergareche ha aportado un dato para la reflexión, y es que muchos estudios estiman que en torno al 1 por 100 de la población podría ser psicópata en sentido clínico, por lo que considera «algo aventurado que tantos líderes lo sean». Por ello, ha concluido que la intención real es otra: «Quizás es más exacto decir que quien llama psicópata a alguien no está tratando de explicar su conducta, sino sobre todo de deshumanizar a su adversario«.













