Cristiano Ronaldo ha vuelto a dejar huella en Estados Unidos, tras casi una década sin pisar suelo estadounidense.
El astro portugués fue una de las grandes estrellas de la cena de gala organizada en la Casa Blanca por Donald Trump para recibir al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman.
Una velada glamurosa que reunió a algunas de las personalidades más influyentes del mundo y que marcó el regreso público de Ronaldo al país norteamericano tras años de ausencia debido al famoso ‘caso Mayorga’.
Acompañado por su prometida, Georgina Rodríguez, el delantero del Al-Nassr saudí posó para una selfie junto a Elon Musk, el presidente de la FIFA Gianni Infantino, el inversor David Sacks y el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick.
Una imagen que ha dado la vuelta al mundo y que fue publicada en redes sociales con un escueto, pero elocuente mensaje: «¡Gran noche!».

Selfie de Cristiano Ronaldo en la cena de gala en la Casa Blanca
«Barron es fan tuyo»
El momento más destacado de la noche llegó durante el discurso de Donald Trump, quien no dudó en rendir homenaje a Cristiano Ronaldo en mitad de su intervención.
«Esta sala está repleta de los mayores líderes del mundo: en los negocios, en el deporte…», comenzó diciendo el expresidente.
Acto seguido, reveló que su hijo menor, Barron, había cumplido un sueño: «Mi hijo es un gran fan de Ronaldo... Tuvo la oportunidad de conocerlo y creo que ahora me respeta un poco más, solo por haberlo presentado. Así que solo quiero agradecerles a ambos por estar aquí».
El mensaje de Donald Trump a Cristiano Ronaldo
Las palabras de Trump evidencian una cercanía creciente con la figura del futbolista portugués, quien, además, parece haber iniciado un proceso deliberado de acercamiento al exmandatario estadounidense.
En julio, Ronaldo firmó una camiseta de la selección lusa dedicada a Trump con el mensaje: «Para el presidente Donald J. Trump, Jugando por la Paz«.
El gesto fue entregado por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, en un gesto simbólico de diplomacia deportiva.

Donald Trump con la camiseta firmada por Cristiano Ronaldo
La cita de Washington y su trasfondo
El evento celebrado este martes no fue una simple cena de etiqueta. Supuso el primer viaje de Mohammed bin Salman a Estados Unidos desde que los servicios de inteligencia del país señalaran en 2018 su implicación directa en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul.
Pese a las preguntas de los periodistas, Trump defendió al príncipe heredero: «No sabía nada al respecto», zanjó el expresidente, en una postura ya conocida durante su primera legislatura.

Cristiano Ronaldo asiste a una cena ofrecida por el presidente estadounidense Donald Trump en honor del príncipe heredero y primer ministro saudí Mohammed bin Salman, en la Casa Blanca
Bin Salman, que aspira a reforzar sus lazos con el entorno político y empresarial estadounidense, fue agasajado por Trump en una noche que también sirvió como escaparate para proyectar la influencia saudí a través de figuras como Ronaldo.
El jugador del Al-Nassr es uno de los principales rostros del nuevo proyecto deportivo del país del Golfo, que ha invertido miles de millones en atraer estrellas internacionales.
Primer acto en EE.UU. desde 2017
La presencia de Cristiano en Washington D.C. no es un hecho menor. Se trata de su primera aparición pública en suelo estadounidense desde que en 2017 salieran a la luz las acusaciones de violación interpuestas por la exprofesora Kathryn Mayorga, quien aseguró haber sido agredida por el futbolista en un hotel de Las Vegas en 2009.
El caso, inicialmente resuelto mediante un acuerdo extrajudicial en 2010 por un pago de 375.000 dólares, fue reabierto en 2017 cuando Mayorga decidió reclamar una suma mayor.

Cristiano Ronaldo junto a Mohamed bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudí
Sin embargo, en 2022 un juez federal desestimó la demanda alegando que el abogado de la denunciante se basó en documentos filtrados y robados.
Desde entonces, Ronaldo evitó cuidadosamente cualquier compromiso en territorio estadounidense.
Ni partidos de pretemporada con Real Madrid, Juventus o Manchester United, ni apariciones institucionales. Hasta ahora.
La foto de Cristiano Ronaldo junto a Elon Musk y Gianni Infantino en el interior de la Casa Blanca resume en buena parte los intereses que se entrecruzaron en la cena de gala: política, fútbol, negocios y geoestrategia.
El portugués, que a sus 40 años sigue siendo uno de los deportistas más seguidos del planeta, ha sabido ubicarse en el centro de una escena global con gran carga simbólica.
Por un lado, su presencia refuerza el relato saudí de apertura y modernización impulsado por Bin Salman con proyectos como Vision 2030, donde el fútbol actúa como herramienta de diplomacia blanda.
Por otro, su cercanía con Trump abre puertas en el plano político, justo cuando su figura vuelve al foco por su posible reaparición en los estadios estadounidenses.
El regreso de Ronaldo a EE.UU. ya no es una posibilidad. Es un hecho. Y no ha sido sobre el césped, sino en la alfombra roja del poder.
El escenario puede haber cambiado, pero el magnetismo del portugués permanece intacto. Como siempre, en el centro de los focos.











