La estrella portuguesa del fútbol Cristiano Ronaldo y el multimillonario Elon Musk asistieron el martes a un fastuoso banquete organizado en la Casa Blanca por el presidente Donald Trump en honor al príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán, de visita oficial.
Cristiano Ronaldo juega actualmente en el club saudí Al Nassr, como muchos profesionales en el ocaso de su carrera seducidos por los gastos astronómicos del reino, criticado por su historial en materia de derechos humanos.
El jugador de 40 años, cuyo contrato con su equipo vence este verano boreal, ocupó un lugar destacado, no muy lejos de Trump. «Mi hijo es un gran fan de Ronaldo», declaró Trump en su discurso previo a la cena, al añadir que Barron, de 19 años, pudo conocer a la erestrella, quien jugará su último Mundial el próximo año.
Acercamiento de Musk
Además estuvo presente el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien hizo una nueva aparición en la Casa Blanca antes de la Copa Mundial de 2026, que será coorganizada por Estados Unidos.
El multimillonario Elon Musk también asistió, sentado en una mesa distinta a la de Trump, aunque en una señal de un acercamiento entre el mandatario y el hombre más rico del mundo. Musk dirigió la comisión de eficacia gubernamental creada por Trump, pero las tensiones entre ambos estallaron en junio tras sus críticas a un proyecto de ley presupuestaria.
Durante la cena, el magnate republicano elogió al príncipe saudí, calificándolo de «hombre de liderazgo», tras haber defendido a su invitado en el caso del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en 2018.
«Cosas que pasan»
Hace siete años, durante el primer mandato de Donald Trump, el periodista Jamal Khashoggi fue asesinado y descuartizado en el consulado de Arabia Saudí en Estambul. La inteligencia de Estados Unidos atribuyó al príncipe Mohamed bin Salmán haber orquestado la operación. Este martes, en la primera visita a la Casa Blanca desde entonces del regente de facto de Riad, Trump le ha defendido: «Cosas que pasan», ha llegado a decir.













