En un momento en que la mayoría de jóvenes busca empleos cómodos y alejados del esfuerzo físico, todavía quedan personas que deciden apostar por trabajos que requieren paciencia, disciplina y una conexión directa con la naturaleza. Oficios que casi nadie quiere asumir, pero que siguen siendo esenciales para que muchos productos lleguen a nuestras manos. Y entre ellos, pocos son tan desconocidos y tan necesarios como la apicultura tradicional.
Imagen de archivo de un trabajador en una obra
Ese es el caso de Martí Mascaró, apicultor mallorquín que desarrolla su proyecto, ‘Mel Caramel’, una empresa que produce una de las mejores mieles que existen actualmente en el mercado. Situados en en la Reserva Biológica de Ariant, allí trabaja con sus colmenas a la manera tradicional y el creador de contenido Adrián G. Martín, ha podido hablar con el en una entrevista para su canal de YouTube.
«El apiario de Ariant está en un proyecto que se llama ’12 reinas’, que es de depuración de la raza autóctona balear, y es abeja negra Apis mellifera iberiensis. En una colmena hay tres tipos de abejas: una sola reina, unos cientos de zánganos y, después, en primavera, puede haber hasta 60.000 obreras. Es un mundo feminista donde las obreras toman todas las decisiones: si necesitan agua, si necesitan néctar, si necesitan polen».
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«Cuando está completamente llena, son entre 10 y 12 kilos por colmena, pero este año ha sido una primavera seca. Solo llovió en Mallorca a finales de primavera y no es un gran año. El humo que utilizamos es para tranquilizar a las abejas. Ellas tienen la sensación de que deben abandonar la casa, hinchan su buche de miel y, al tener el buche más hinchado, les es más difícil doblar el abdomen y sacar el aguijón. Es una técnica ancestral, pero sigue siendo muy efectiva a día de hoy».

Martí Mascaró, apicultor, con Adrián G. Martín
«Cada año se pintan las reinas de un color para diferenciarlas del resto de obreras si no, un insecto entre 60.000 es difícil de localizar. Sobre todo, a través de la reina puedes saber si la colonia está fuerte, si la reina es vieja, si tiene enfermedades o no, si está bien fecundada o no. Te da mucha información y por eso es vital tenerla pintada», relata el experto apicultor.










