«Yo soy inocente. No me siento inocente. Soy inocente. La verdad objetiva está ahí y saldrá la luz». Estas han sido las primeras palabras de Ana Arjona, médico forense del IML de Sevilla, acusada de tres delitos contra la integridad moral por las presuntas afirmaciones que refirió a víctimas de violación durante el proceso para realizar sus informes en los hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío. Entre ellas, llegó a referir a una mujer: «No se puede ir animando a los chavales para luego decirles que no».
El juicio ha quedado suspendido después de que el abogado de la acusada lo solicitara por la falta de algunos documentos esenciales para continuar con el proceso. La Fiscalía ha entendido que debían indagar de manera tranquila en lo ocurrido y el titular del Juzgado de lo Penal Cuatro ha señalado la vista para el próximo 12 de junio de 2026.
A la salida del juicio, Arjona aseguró que cerraba su cremayera y no hablaría hasta la nueva cita. Sin embargo, nada más salir del edificio Noga se paró para atender a los medios. La mujer achacó el caso a un presunto caso de mobbing en el trabajo que lleva sufriendo desde 2013, exoneró de culpa a las víctimas y apuntó a las ginecólogas que le atendieron y otras compañeras.
«Yo soy una persona, le gusta a quien le guste, cristiana. No quiero para los demás lo que no quiero para mí. Y con eso queda contestado todo. Yo no le he hecho nunca a nadie mal«, aseguró a Arjona. La forense afirmó que ella siempre ha «tratado a todo el mundo con una delicadeza tremenda. Es más, no voy a utilizar a los medios ni siquiera para decir quién ha montado esta manipulación, porque prefiero que ella se defienda cuando llegue el momento».
Sin embargo, su comparecencia prosiguió. «Ahora mismo lo único que digo es que creo que se ha actuado correctamente, se ha suspendido porque había una serie de irregularidades y, una vez subsanadas, pues comenzará otra nueva etapa que puede ser: o que no pase nada y que esto no se siga o que se siga ya cumpliendo la normativa legal. Y entonces estaremos estaremos en posición de saber la verdad», apuntó.
Arjona se explayó en la puerta de los juzgados. «Nunca he hecho nada y, además, objetivamente no hay nada, absolutamente nada, porque todo está en los atestados. ¿Usted me vio a mí intranquila cuando vine? ¿Me vio llorando, me vio preocupada? ¿Sabe por qué? Porque yo tengo una fe tremenda y sé que no puede ir nada en contra mía porque Dios siempre protege a sus hijos. Yo soy hija suya y hago todo lo posible para hacer las cosas bien».
Sobre la acusación realizada por las víctimas de violación, la forense explicó que no se acuerda «de lo que pasó en 2019«. «Ahí están mis informes médico-forenses, que sí dejan paladínamente claro lo que hice y que efectivamente me comporté de la manera más estricta y más correcta, porque siempre lo he hecho, siempre he tenido un gran rigor científico».
Arjona explicó que es médico-forense y dentista. Además, fue la segunda de su oposición. «Siempre me he sentido que estoy ahí para ayudar a los demás y para cumplir una función, que es ayudar a los juzgados, a las fiscalías y al registro, que es mi función. Siempre lo he hecho con rigor científico y nunca me he salido de mis protocolos y de mi naturaleza como médico forense».
Tiene claro la acusada de donde nace el caso. «Eso [las acusaciones] no lo hacen las víctimas, las hacen las ginecólogas. Es que no. Es que hay que verlo todo. Eso no lo dicen las víctimas, lo dicen las ginecólogas», dijo. Pide tiempo: «Esperaremos al final para saber quién lleva la razón».
Entiende Arjona que lo ocurrido parte de un «problema laboral muy importante». «Hay un problema de acoso, de bullying» hacia su persona, señala Arjona.
La acusada apuntó a dos expedientes disciplinarios. «Una donde se demostró que habían falsificado documentos para podérmelo abrir y, en el segundo, aparece una testigo donde la directora del Instituto de Medicina Legal para poderme acusar, se pone a hablar detrás de la puerta. Se puede escuchar detrás de la de la puerta a un médico».
«Esto es una manipulación completa y absoluta», dijo la médico-forense. «Es una historia de acoso laboral desde que mis compañeros de manera unánime me nombraron miembro electo del Consejo del Instituto de Medicina Legal«, también arguyó.
La médico forense asegura que todo comenzó cuando empezó «a impedir que se hiciera que que utilizaran el Instituto de Medicina Legal como si fuera su patio y su colegio, hicieran lo que les diera la gana«. Habló de un caso de presunta prevaricación que no está si quiera denunciado con la entrega de plazas a amigos y que todo inició en 2013. Dijo que no denunció a la otra mujer por ser madre.
Según la forense, el acoso continúa. «Y ese es el origen de todo. Lo demás no existe. Es todo una manipulación«. A la postre, habló de «manzanas negras» más que «garbanzos» y de que a partir del 12 de de junio podrá decir «muchas cosas más».
Posteriormente volvió a hablar del acoso, que se paró durante cinco años, según dijo. «Esperaron 5 años a que prescribiera el delito que había cometido, que es falsedad administrativa, y empezaron otra vez conmigo. Yo tengo múltiples, múltiples documentos, ¿eh?», señaló, a pesar de que no aportó ninguno.
«Aquí es una cuestión de bullying. Esto tiene un fondo mucho más profundo y esto es un circo que ha montado esa señora. Y más tarde o más temprano, la verdad, saldrá la luz y se sabrá todo. Y, por favor, estoy encantada de que lo digan en los medios porque es la verdad. Muchas gracias», finalizó su comparecencia de ocho minutos a la salida del juzgado.
«Una serie de irregularidades»
Jesús Escudero, abogado de Ana Arjona, ha explicado el motivo por el que ha solicitado la suspensión del juicio. Escudero ha planteado «una serie de irregularidades desde el mismo inicio del procedimiento y hemos solicitado a su señoría que dicte una sentencia absolutoria o alternativamente o subsidiariamente que retrotraiga el procedimiento al inicio. No se pueden vulnerar derechos fundamentales, derechos incluso constitucionales».
Escudero explicó que ha el juez ha suspendido porque «tiene que estudiar todo el procedimiento de nuevo para hacer valer si realmente ese quebranto de garantías se ha producido o decide continuar».
Entre las irregularidades citadas, habla de un «quebranto en el reparto». «La denuncia llevaba seis días redactada y entró en fiscalía directamente, cuando hay una circular del Fiscal General del Estado que determina que lo que no sea grave, y esto no es grave como para entrar en el juzgado de guardia, debe ir a decanato, reparto y es el juez predeterminado por la ley».
«Ese quebranto pues puede dar lugar a decisiones por parte de su señoría de absolver o retrotraer«, explicó el letrado, que destacó en sala los supuestos comentarios extraídos de una grabación entre el juez, una testigo y una asistenta social.












