Este municipio de Barcelona ha aprobado este lunes una modificación de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana y Uso de la Vía Pública que ha levantado la polémica por prohibir llenar de agua en las fuentes públicas, garrafas, botellas o cualquier envase.
No solo han eliminado la opción de rellenar de una fuente un envase de agua, también han colgado un cartel o una pancarta en «zonas no habitables», como una pared, una farola o una parada de autobús, es una infracción castigada con penas de 751 a 1.500 euros.
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La normativa ha sido aprobada por el Ayuntamiento de Martorell, en el gobierno municipal, por coalición que comparten Junts y PSC con mayoría absoluta en el pleno.
Pero a algunos vecinos, como los de la plataforma ‘Alianza por el acceso al agua’, esta medida les ha parecido un ataque para «castigar a las personas más humildes». Defienden que el agua es un derecho y que, por lo tanto, no puede privatizarse.

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Desde «hace semanas» el Ayuntamiento «mantiene cerradas» las fuentes de agua públicas de la ciudad y lamentan «el paso más allá» que Junts y PSC dan con la prohibición: «El acceso al agua no es un privilegio, es un derecho fundamental», afirma la entidad vecinal.












