Fede Linares apuesta por la «empresa humanista» que sitúe la creación de valor social al mismo nivel que el económico

El mundo actual necesita compañías y directivos que sitúen la creación de valor social al mismo nivel que la generación de valor económico dentro de su estrategia. Es lo que Fede Linares, presidente de EY España, califica como «empresas humanistas» y cuyo papel es fundamental para promover el bienestar de las personas en el incierto contexto actual.

«Una empresa no debe ser solamente la asociación de dos o más personas para la obtención de un lucro. Yo creo que una empresa es una institución que genera valor a largo plazo«, ha asegurado Linares en el marco delciclo de conferencias La libertad en el siglo XXI organizado por EL ESPAÑOL y la Universidad Camilo José Cela (UCJC).

Un valor que, según el presidente de EY, debe sustentarse en cuatro pilares. Por un lado, está el financiero, lo que requiere que una empresa sea rentable, competitiva, productiva, líder en sus mercados, compita internacionalmente y cumpla con la normativa. «Es decir, ser excelente», ha apostillado.


Fede Linares ‘La libertad y el humanismo empresarial’

A este ha sumado otros tres, el valor de cliente, el valor de persona y el valor social, y ha incidido en que todos deben estar situados al mismo nivel en la estrategia de la compañía. De hecho, ha incidido en la necesidad de buscar el equilibrio entre ellos y no dedicar «el lunes por la mañana» al valor financiero y dejar el valor social para «los viernes por la tarde».

Asimismo, ha incidido en que es importante que todos estos pilares tengan una «raíz ética no normativa». Es decir, que sea algo «elegido, no impuesto». «El propósito de una empresa humanista es la creación de valores a largo plazo ¿Con qué finalidad? Con la finalidad en sí misma de promover el bienestar de las personas, como si fuera un imperativo categórico», ha subrayado.

Por ello, durante su ponencia titulada La libertad y el humanismo empresarial, el presidente de EY ha defendido que todo aquello que no esté dirigido a la creación de valor para las personas o todo aquello que se haga en la empresa que no promueva su bienestar «no puede estar bien hecho».

Y es que, aunque parece que ya está superada la idea del capitalismo salvaje que acuñó Milton Friedman en los setenta, según la cual las compañías sólo generan valor y riqueza para sus dueños o accionistas, Linares se ha preguntado si en el mundo actual es suficiente que el papel social de las empresas consista en crear empleo, pagar impuestos y tener responsabilidad medioambiental.

Libertad en la empresa

Por otro lado, el presidente de EY España también ha remarcado que la única mención a la empresa que se hace en la Constitución Española es el artículo 38, en el que se reconoce la «libertad de empresa». Sin embargo, Linares ha puesto el foco en otro concepto similar, pero distinto: la “libertad en la empresa”.

Para explicar esta diferencia, ha recordado la distinción formulada por Isaiah Berlin en su libro Two Concepts of Liberty. Por un lado, se encuentra la negativa, que estaría más asociada al término «libertad de empresa» y que se resume en la «no interferencia en el ámbito privado por parte de los poderes públicos».

Sin embargo, para Linares más importante es lo que Berlin denomina «libertad positiva» y que se refiere al deseo de que «la vida y las decisiones dependan de uno mismo». Y eso deriva en la idea de la autoría moral: «Yo hago el bien porque me da la gana».

En este contexto, ha defendido que esa libertad positiva debe aplicarse al ámbito organizativo de una empresa con el objetivo de crear las condiciones para que directivos, empleados, profesionales, colaboradores y, en definitiva, todos aquellos que trabajan en ella, «tomen decisiones con criterios y con un propósito corporativo que promueve el bienestar de todos».

Fede Linares, presidente de EY España, en el ciclo de conferencias 'La libertad en el siglo XXI'.


Fede Linares, presidente de EY España, en el ciclo de conferencias ‘La libertad en el siglo XXI’.

Rodrigo Mínguez

E.E.

En su ponencia, Linares también ha mencionado a José Antonio Marina y su libro ‘La vacuna contra la insensatez’, en el que desarrolla el concepto de inteligencia ética, que no consiste en saber más, sino en usar el conocimiento para mejorar la vida propia y la ajena.

En el ámbito de la empresa, las personas con inteligencia ética son aquellas que se dedican a resolver «los verdaderos problemas», que no son el precio de la acción o las cuentas del próximo trimestre, sino los humanos, los que afectan a las personas, a las relaciones o «a la felicidad pública, que es condición esencial para la felicidad privada».

«Marina concluye, de la manera más brillante y esperanzadora posible, que la bondad es la mayor expresión de la inteligencia«, ha incidido Linares, quien ha mostrado su deseo de que las empresas se dediquen a promover aquellos directivos que son «éticamente inteligentes» y que tienen como propósito la creación de valor a largo plazo, y no a los que tradicionalmente se ha calificado como «listos o killers«.

El presidente de EY España ha cerrado su ponencia citando a una frase de un paisano suyo, el poeta Antonio Machado: «En paz con los hombres y en guerra con mis entrañas«. Así deben vivir, en su opinión, estos directivos éticamente inteligentes y comprometidos con la creación de valor a largo plazo que necesita un mundo lleno de retos.

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