La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha sido nombrada facilitadora en las negociaciones relacionadas con la mitigación climática, uno de los bloques clave en la COP30 que se celebra estos días en Brasil.
Un papel con el que, asegura en declaraciones a EFE, sentirse «muy cómoda», pues su labor será buscar «consensos» entre los diferentes grupos y países con el objetivo de definir planes climáticos nacionales (o NDC) «cada vez más ambiciosos para que la meta de no sobrepasar 1,5 grados de calentamiento global siga vigente».
Un objetivo que podría parecer ambicioso teniendo en cuenta que el tablero de juego de esta cumbre del clima está incompleto tras la ausencia de la Administración Trump.
Sobre este tema, la vicepresidenta española relativiza, especialmente en lo que se refiere al peso en las negociaciones de la decisión del presidente estadounidense de abandonar el Acuerdo de París.
«Que Estados Unidos no esté es un desafío, es la segunda vez que ocurre y el Acuerdo de París sigue más vivo que nunca. Lo que tenemos que hacer es que esta convención, esta cumbre del clima, esta COP30 sea un reimpulso», asegura en una entrevista con EFE.
Metas ambiciosas
Aagesen defiende, además, la ambición española en esta cumbre del clima. Especialmente, matiza, en lo que se refiere a las nuevas metas de reducción de emisiones o a la financiación a los países en desarrollo.
«España lo que busca es la mayor ambición y vamos a seguir apostando y remando por ella y, en este caso, lo que hacemos es apuntar muy lejos para alcanzar el máximo», indica.
Con sus palabras, la vicepresidenta hace referencia a un primer borrador publicado este martes por la presidencia brasileña de la COP30, en el que se explicitan los consensos en las negociaciones y los puntos de confrontación.
Cuando se plantean varias opciones, «siempre la que sea más ambiciosa es por la que va a apostar España», subraya Aagesen.
1.700 millones de euros
En declaraciones a EFE, la ministra española también recalca el capítulo de financiación y la «ambición máxima» del Gobierno. Y es que, recuerda, nuestro país está aportando 1.700 millones de euros anuales, más de los 1.350 millones a los que se había comprometido.
Esto, lo asegura en respuesta al llamamiento de los países en desarrollo para triplicar los flujos de inversión. En cambio, apunta a que «lo que tenemos que hacer ahora es habilitar todo el marco de las actuaciones para que esa movilización de recurso público y privado llegue en tiempo y forma en este 2035«.
Asimismo, zanja, es vital «ver cómo es la transformación a nivel internacional de los distintos fondos e instituciones que se dedican a la financiación para que sean más eficientes y para que lleguemos a tiempo».












