El ominoso negocio de la dictadura

La fortuna de los Franco ha sido una de las grandes incógnitas de la democracia. Los negocios oscuros, los testaferros, las donaciones, el conglomerado de empresas y los inmuebles en herencia siempre han sido un interrogante para los historiadores que han tratado de aportar luz sobre el ominoso negocio de la dictadura. La horquilla en la que oscila el patrimonio total de la familia Franco, recién cumplidos los 50 años de la muerte del dictador, oscila entre los 400 y los 500 millones de euros.

Uno de los últimos en pormenorizar estas cifras ha sido el historiador y periodista David González en su libro La familia Franco 50 años después. Traiciones, secretos y una fortuna perdida (La esfera de los libros): “A lo largo de los años, periodistas como Jesús Ynfante, Mariano Sánchez Soler o Juan Luis Galiacho han seguido la evolución de la fortuna de los Franco. Ynfante hablaba en 1977 de 20.000 millones de pesetas (unos 120 millones de euros). Cuarenta años después, a la muerte de Carmen Franco, informaciones calculaban la fortuna familiar en 500 millones de euros”, explica el autor.

La imagen de Francisco Franco como una persona austera, de gustos sencillos y pocas inquietudes más allá de la causa nacional no es más que otra gran falacia de una historia mal contada. El dictador fue un corrupto. Un gran corrupto. Desde el principio de su eterno mandato no tardó en apoderarse de donaciones para la causa nacional La otra cara del caudillo (Crítica, 2015).

El estado era él, y eso le permitía recibir regalos tan ostentosos como un todoterreno Mercedes-Benz de manos de Adolf Hitler o el Pazo de Meirás, la gran joya de la corona en eterna disputa que Franco dejó en el testamento a su mujer junto a otras propiedades como la Casa Cornide, el Palacio Canto del Pico o la finca de Valdefuentes.

Que me digan dónde está”

No obstante, y pese a las evidentes pruebas del enriquecimiento del dictador y del montante disfrutado en herencia por sus familiares, ellos se han esforzado históricamente por desmentirlo. Una de las más silenciosas en este aspecto era la propia duquesa de Franco, quien, poco antes de morir, habló sobre su presunta fortuna con la periodista Nieves Herrero.

“Han buscado mucho nuestro dinero, por aquí y por allá, pero nunca lo han encontrado porque no teníamos una gran fortuna. Dinero, sí, pero no una cosa tan espectacular como la gente se creía. Al ser hija única, lógicamente, he sido la única heredera. Me he gastado mucho en conservar el Pazo de Meirás”, sostenía.

Meirás, el gran litigio

Mucho se ha resistido la familia del dictador a tratar de conservar el pazo de Meirás en sus propias manos. El litigio judicial sigue abierto. Tal es la polémica que los descendientes de Franco trataron, incluso, de venderlo por ocho millones de euros -tal y como salió publicado, para sorpresa de todos, en un anuncio de 2020 en el portal inmobiliario Mikeli Luxury Real Estate-.

La guerra judicial por recuperar este pazo, construcción de 1893 que fue propiedad de la escritora Emilia Pardo Bazán, comenzó en 2018. La Xunta de Galicia, el Gobierno y las asociaciones memorialistas gallegas han pleiteado insistentemente. Dos años más tarde, en septiembre de 2020, la justicia ordenó que la familia Franco debía abandonar el Pazo y dejar dentro todas sus posesiones. Dos meses después la sentencia se hizo efectiva y la familia tuvo que acatar lo mandatado por la justicia.

Pero ¿qué dice la ley? De forma cristalina, la ley de memoria democrática, en su artículo 49, regula como lugar de memoria “aquel espacio, inmueble, paraje o patrimonio cultural inmaterial o intangible en el que se han desarrollado hechos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados a la memoria democrática, la lucha de la ciudadanía española por sus derechos y libertades, la memoria de las mujeres, así como con la represión y violencia sobre la población como consecuencia de la resistencia al golpe de Estado de julio de 1936, la Guerra, la Dictadura, el exilio y la lucha por la recuperación y profundización de los valores democráticos”. 

La vista sobre los bienes del pazo de Meirás se celebrará en verano (Foto: Europa Press).

 

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