La exalcaldesa de Alicante Sonia Castedo ha reactivado este martes el discurso del sector que respalda a Francisco Camps con un mensaje directo a la dirección del PP de la Comunidad Valenciana, recién sacudida por la noticia de que Carlos Mazón no continuará como presidente autonómico de la formación, anunciada por Alberto Núñez Feijóo. En un comunicado publicado en sus redes sociales, Castedo sostiene que “por fin se avecina la celebración del congreso regional del PPCV” y advierte de que el partido “está absolutamente fracturado”, una descripción procedente de una de las voces con más peso dentro del campismo en la provincia de Alicante.
Castedo, que desde hace más de un año canaliza buena parte del movimiento en torno al expresidente de la Generalitat, considera que la convocatoria del cónclave es una “buena noticia” para quienes “llevan más de año y medio reclamándolo”, pero sobre todo para “los miles de militantes” que, según afirma, son conscientes de la necesidad de “empezar a reconstruir” la organización. “Vamos a ir a ese congreso”, afirma, enlazándolo con una llamada a ofrecer “trabajo, lealtad y experiencia”.
La que fuera regidora alicantina, presente en todos los actos de reactivación política de Camps desde su absolución judicial, emplaza a que los afiliados “tengan voz y voto para elegir” y puedan hacerlo “libremente, sin ataduras, sin presiones y sin más interés que el de volver a conseguir un partido fuerte, sin complejos y libre”. En su mensaje, Castedo expresa además su deseo de que el proceso congresual no derive en una confrontación abierta: “Quiero pensar que ese congreso no se va a convertir en una lucha fratricida”, afirma, apelando a que el “interés general prime sobre el particular”.
«Los militantes deben decidir libremente, sin ataduras ni presiones, para recuperar un partido fuerte»
El texto concluye con una reivindicación explícita del sector que impulsa el retorno de Camps, después de meses de actos, grupos de trabajo y encuentros con antiguos dirigentes: “Tenemos capacidad, tenemos ganas, tenemos la fuerza de miles de personas, tenemos programa y no tenemos miedo a nada y a nadie”. Una declaración que mantiene activo el pulso orgánico en el PPCV en plena transición tras la dimisión de Mazón y a las puertas de un congreso cuya fecha oficial todavía no ha sido fijada por la dirección del partido.
El mensaje de Castedo se produce tras más de un año de movimientos internos en el PPCV que han enfrentado, de forma soterrada primero y cada vez más abierta después, a dos sectores del partido: la estructura actual encabezada hasta ahora por Mazón y la corriente que reivindica el legado orgánico de la era Camps. Durante este tiempo, el expresidente ha ido articulando equipos de trabajo en las tres provincias, con Alicante como uno de sus bastiones más sólidos y con Castedo como figura central en la reactivación del viejo aparato. Su presencia en actos masivos, encuentros sectoriales o presentaciones públicas ha sido constante desde que Camps anunció su voluntad de volver a competir por el liderazgo del partido.
En este contexto, la salida de Mazón al frente del PPCV abre un nuevo escenario en el que las distintas corrientes se preparan para un congreso que puede redefinir el rumbo de los populares valencianos de cara a los próximos años. El sector afín a Camps interpreta la convocatoria como una oportunidad para cerrar un ciclo que, consideran, se ha visto debilitado orgánicamente, especialmente tras la dana y el desgaste derivado de la ausencia de estructuras internas consolidadas. El entorno del expresidente sostiene que ha llegado el momento de “devolver la vida” al partido con una propuesta que reivindica la experiencia de antiguos cuadros y, simultáneamente, la incorporación de jóvenes que se han sumado a sus actos en los últimos meses.
«Queremos un congreso donde el interés general prime sobre el particular y sin lucha fratricida»
A esa lógica responde el posicionamiento de Castedo, que en sus intervenciones ha insistido en que el nuevo liderazgo debe surgir “desde abajo” y no únicamente desde los equilibrios internos de las instituciones. La alusión a los “miles de militantes” y a la necesidad de que puedan decidir “sin presiones” encaja con el discurso que el campismo ha venido construyendo desde la absolución definitiva de Camps, el de un retorno legitimado por la militancia y por el papel político que desempeñó durante sus años de mayorías absolutas. La advertencia sobre la posibilidad de una “lucha fratricida”, en cambio, refleja la tensión que se respira en el partido en los meses previos al congreso, pese al llamamiento a la unidad lanzado desde cargos institucionales.
La incógnita ahora es cómo reaccionará la dirección nacional del PP y si permitirá un proceso abierto que dé margen a varias candidaturas o si apostará por una transición más ordenada tras la salida de Mazón. En cualquier caso, el mensaje de Castedo confirma que la pugna interna no ha quedado neutralizada con el relevo en la presidencia autonómica del partido y que el campismo está dispuesto a dar la batalla con un discurso definido y una estructura territorial que viene construyéndose desde hace meses en paralelo al poder institucional.
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