El expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, de 95 años, permanece ingresado en la Clínica Sagrada Familia de Barcelona a causa de una infección pulmonar. Según fuentes familiares, se trata de una neumonía de carácter leve, aunque ha requerido atención hospitalaria para garantizar una recuperación adecuada. La familia confía en que pueda recibir el alta en cuestión de cuatro o cinco días.
El ingreso llega en un momento especialmente delicado para el exmandatario, ya que la próxima semana está previsto que comience en la Audiencia Nacional el juicio por el que él y varios de sus hijos están acusados de asociación ilícita y blanqueo de capitales, entre otros delitos. Antes de que arranque la vista, el tribunal debe determinar si Pujol está en condiciones de declarar y de desplazarse hasta Madrid.
La Audiencia Nacional había evaluado su estado de salud
En los últimos días, un médico forense designado por la Audiencia Nacional ha evaluado el estado de salud del expresidente para determinar si su situación física y cognitiva le permite participar en el proceso judicial. La defensa ha aportado informes que apuntan a marcadores de Alzheimer en sangre y a un deterioro importante de la memoria verbal, circunstancia que, según la familia, provoca confusiones frecuentes.
A la espera del dictamen judicial, la familia ha solicitado que Pujol pueda declarar por vía telemática. Si los magistrados concluyen que no está capacitado para declarar, el procedimiento quedaría archivado únicamente en lo que afecta al expresidente, aunque seguiría adelante para el resto de investigados.
En caso de que los jueces consideren que sí puede declarar pero que el desplazamiento a Madrid podría poner en riesgo su salud, se habilitaría un juzgado en Barcelona para que pudiera participar desde allí. Existe también la posibilidad de que la Audiencia Nacional no resuelva esta cuestión hasta el día de inicio del juicio, lo que obligaría a que Pujol compareciera presencialmente.
Pese al delicado estado físico del exmandatario, su hijo Oriol Pujol explicó recientemente que su padre mantiene la voluntad de afrontar el juicio. Aun así, admitió que un desplazamiento a Madrid sería excesivo para él dadas sus limitaciones actuales, derivadas tanto de problemas de movilidad como del deterioro cognitivo.
La acusación de la Fiscalía
La Fiscalía solicita para el expresidente nueve años de prisión, mientras que para sus siete hijos pide penas que van desde los ocho hasta los veintinueve años, además de elevadas multas económicas. La acusación de la Abogacía del Estado no incluye a Pujol, pero sí reclama para su primogénito 25 años de cárcel y una fianza millonaria.
Este ingreso hospitalario se suma a otros episodios de salud del expresidente, que en 2022 sufrió un ictus y en 2021 fue tratado por una arritmia cardíaca. Pujol tiene reconocida una discapacidad física del 75%, lo que ha complicado su movilidad en los últimos años.
















