En el Bernabéu no hay conciertos por la presión de los vecinos ante el ruido excesivo, pero la NFL tira la casa por la venta y contrata a Bizarrap y a Daddy Yankee para su ‘halftime show’. No se vende cerveza en los partidos del Real Madrid, así lo dicta la ley, pero la mayor liga deportiva del mundo sí tiene licencia legal para servirla a sus entusiastas seguidores. ¿Fuegos artificiales en el Bernabéu? ¿Estamos locos? Pues la NFL también los lanza en el techado estadio madrileño, como si no hubiera nada que no pueda hacer. Y también hubo este domingo ‘football’ en Chamartín, sí; no un gran partido, ya que estamos, aunque la prórroga ejerció de dulce postre. Pero eso siempre fue lo de menos.
Espectáculo de fuegos artificiales antes del partido. / JUANJO MARTIN / EFE
El primer partido, que no será el último, de la liga de fútbol americano en suelo español fue el exitoso colofón al desembarco a lo grande que ha realizado la NFL a lo largo de esta semana, desplegando todo su músculo publicitario por toda la capital. Más de tres horas de exhibición del poder y de capacidad de atracción de la mayor industria de entretenimiento deportivo del mundo, recibida para qué engañarnos, con un intenso aroma a ‘Bienvenido Mr. Marshall’, con Madrid saludando a los americanos con alegría. Y ellos, eso sí, devolviendo el cariño a golpe de ‘show business’.
Victoria de Miami Dolphins
La prometida «mini SuperBowl» cumplió con creces con las expectativas. No seguramente en lo estrictamente deportivo, pues ni los Miami Dolphins, que ejercieron de locales, ni los Washington Commanders pertenecen, hoy, a la élite competitiva de la NFL, pero sí en todo el envoltorio. Que es al final lo importante, pues el partido (ganado por los Dolphins en la prórroga por 13-16) no dejaba de ser una excusa, una magnífica excusa

Colas en la entrada al Bernabéu para el partido de la NFL. / AFP7 vía Europa Press / AFP7 vía Europa Press
La llegada al entorno del Bernabéu impresionaba esta mañana de domingo. Por importante o potencialmente conflictivo que haya sido un partido jugado por el Real Madrid en este estadio, ninguno ha implicado el corte de tráfico de la Castellana, arteria vital del tráfico madrileño, ni vio nunca este recinto un perímetro de seguridad tan exhaustivo, cercada por completo la explanada que lo rodea por un círculo de vallas opacas. A más de uno le pilló el toro con la hora.
Definitivamente, lo que la NFL había organizado nada tenía que ver con un partido del Real Madrid. La cerveza con alcohol que se vendía, aprovechando un resquicio de la ley que lo prohíbe en los partidos del fútbol, era otra demostración práctica. Como las colas kilométricas para entrar a la tienda del estadio, que ha cambiado por unos días los productos del Madrid por los de la NFL, y para acceder al recién inaugurado Bernabéu Market, un espectacular recinto de restauración en la esquina de Sagrados Corazones.

Foto de familia de las autoridades presentes en el partido de la NFL en el Bernabéu. / JUANJO MARTIN / EFE
El impacto del partido en la ciudad
Madrid llevaba toda la semana agasajando el desembarco de una industria que, dicen, dejará 70 millones de euros en la capital tras estos días. Claro que también dicen en la NFL que hay 11,8 millones de españoles con interés en su producto y esa cifra, por amplio que pueda entenderse el concepto de aficionado, suena ciertamente exagerada.

Zinedine Zidane, en el partido de la NFL. / Bernat Armangue / AP
En el Bernabéu, personalizado para la ocasión hasta el último detalle por dentro y por fuera, había muchísimos españoles, claro, pero el inglés competía como primer idioma, con muchos visitantes llegados de Reino Unido y EEUU para un partido en el que los Dolphins ejercían como locales. Y no era una formalidad, pues el público jaleó a los de Miami y pitó a los de Washington. Aunque quizá la mayor ovación de la tarde se la llevó Zinedine Zidane, invitado al sorteo inicial. Más de uno suspiraba porque el francés se quedará ahí al lado, en el banquillo del Real Madrid.
Homenaje a la UME
Sonó el himno de EEUU y también el de España, con un homenaje a la Unidad Militar de Emergencias, citando la dana de Valencia y los incendios de Galicia, que dio al evento su dosis de emotividad local. Un partido de fútbol, americano o europeo, no deja de ser eso, un espectáculo deportivo que puede gustar más o menos. En lo que la NFL compite en otra liga es en este tipo de actos previos e intermedios.

El himno de España y el de EEUU sonaron en el Bernabéu. / Manu Reino / AP
Y los conciertos volvieron al Bernabéu
Entonces, en el descanso, llegó la actuación de Daddy Yankee y Bizarrap, quien hizo un bis con su célebre ‘session’ con Quevedo (ya saben, «quéééédate…»), mientras 78.610 espectadores jugueteaban con la linterna de sus móviles. Venían de aburrirse bastante tras una primera mitad sin un solo ‘touchdown’, con un 6-6 en el marcador. En los dos cuartos finales se animó el asunto con un ‘touchdown’ y adicional por equipo (13-13), llevando el partido a la prórroga. En ella, los Dolphins resolvieron con un ‘field goal’, al modo ‘gol de oro’, para mejor comprensión de los iniciados.

Bizarrap y Daddy Yankee, durante su actuación en el ‘halftime show’. / Manu Fernandez / AP
Y así, se despidió por ahora de Madrid y de España una NFL que prometió venir para quedarse y con seguridad tendrá más convicción ahora que antes de esta semana, un rotundo éxito para todas las partes. ¿Significa eso que habrá más partidos en el Bernabéu? Sí. ¿Ya el año que viene? Es posible, pero no seguro. ¿Y Barcelona? En cuanto el Camp Nou esté listo, cotizará muy al alza. Pero esa ya es otra historia.

El jugador del Miami Dolphins Chris Rodriguez Jr (c), y el jugador de los Miami Dolphins JuJu Brents (c, detrás), durante el partido. / JUANJO MARTIN / EFE
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