Pubalgia. Lalesión maldita. Hasta hace unos meses, una más de las muchas lesiones que sufren los jugadores de fútbol, pero últimamente no deja de extenderse entre los equipos de LaLiga como si fuera contagiosa. Lamine Yamal, Franco Mastantuono o Nico Williams son tres de los rostros más conocidos que recientemente se han visto obligados a caer de las convocatorias por esta dolencia. Sin embargo, y a pesar de que no todos los casos son iguales ni deben afrontarse de la misma forma, un tratamiento inadecuado conlleva un elevado riesgo de cronificación y su consiguiente baja deportiva.
«La pubalgia ocurre cuando se une un exceso de carga de trabajo con un desequilibrio biomecánico, concretamente entre la musculatura del abdomen y la de las piernas», sintetiza el doctor Ferran Abat, traumatólogo deportivo y fundador de Resport Clinic. Cuando la musculatura abdominal, que se inserta mediante su tendón en la parte superior del pubis, y la de las piernas, que hace lo propio en la parte inferior, están descompensadas, la fuerza que soporta la inserción del tendón del abductor es mucho mayor a la que se aplica en la inserción abdominal y eso provoca dolor. Tanto, que puede terminar por ser prácticamente invalidante para los futbolistas.
Si no se trata a tiempo esta dolencia inicial puede terminar derivando en una tendinosis con consecuencias más graves. «Esta lesión tiene varias fases, al principio es una simple inflamación que puede tratarse simplemente con fisioterapia, pero cuando se agrava y se causa daño en el tendón del abductor, es necesario bajar la carga y tratar médicamente el tendón. En caso de que no se reduzca la carga ni se trate el foco del problema, la lesión puede cronificarse«, señala el especialista. Lamentablemente, no existe una solución mágica para la pubalgia, y su tratamiento es lento e incierto. «La readaptación mediante el trabajo abdominal y pélvico consigue un mejor balance entre las musculaturas que puede contribuir a bajar el edema y el dolor, pero no es inmediato y requiere tiempo«, asegura el Dr. Abat.
Lamine celebra su gol el día de su debut con Nico Williams en Tiblisi / EFE
El quirófano como último recurso
Antiguamente, la pubalgia se tendía a operar, como fue el caso de Xabi Alonso, pero la evidencia médica más reciente ya no es partidaria de estas intervenciones. «Son la última opción porque son muy poco selectivas. Mayoritariamente las intervenciones constaban de una desinserción del tendón en el hueso. Es decir, cortándolo parcialmente. Se hacen cada vez menos y la mayoría de expertos optamos por curar el tendón y mejorar las fuerzas de tracción del cuerpo», puntualiza el Dr. Abat. En ese sentido, hace unos meses que se especula con la posibilidad de que el delantero azulgrana Lamine Yamal pudiera pasar por quirófano, pero por el momento, el jugador ha sido sometido por el prestigioso cirujano belga Ernest Schilders, a un tratamiento de radiofrecuencia para tratar de acabar con el dolor.
«El tratamiento de radiofrecuencia al que se ha sometido a Lamine es básicamente una estimulación del tendón mediante agujas colocadas en la inserción del tendón en el hueso. Este tratamiento no acaba con el problema, solo trata de reducir el dolor, y eso puede llegar a ser contraproducente si no se trabaja la biomecánica porque el hecho de sentirse mejor puede hacer que siga forzando la zona», explica el doctor. A pesar de que este tratamiento es mínimamente invasivo, el 10 del Barcelona deberá permanecer entre 7 y 10 días retirado del campo para evitar complicaciones, algo que pilló por sorpresa a la Federación Española de Fútbol, causando malestar en Luis de la Fuente y provocando que finalmente el futbolista se marchara de la concentración de la selección en Las Rozas.
Últimamente se han ido aplicando tratamientos centrados en la infiltración de factores de crecimiento en el tendón para favorecer su recuperación. «La electrólisis ecoguiada bajo anestesia local sumada a una readaptación funcional y técnicas regenerativas como el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) pueden estimular la reparación de los tejidos, pero resulta imprescindible reforzar la musculatura del abdomen para evitar una recaída con la vuelta ala actividad física», añade el doctor. En ese sentido, el ritmo actual del fútbol y la exigencia del calendario son dos factores determinantes que podrían haber agravado la epidemia de pubalgia que se extiende por LaLiga y que ya hace unos años que viene desarrollando una tendencia creciente. «Claramente, la mayor carga de trabajo a la que son sometidos los futbolistas tiene un papel determinante en que cada vez haya más casos. Partidos intensos muy seguidos aplican una carga mayor sobre los tendones. A menor carga de trabajo, menor riesgo de pubalgia», zanja el doctor.
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