La Palma se va a dormir con intensas lluvias y varios barrancos desbordados

Lluvias abundantes y vientos de gran intensidad. Ese es el abreviado parte meteorológico que deja, de momento, el paso de la borrasca Claudia por la isla de La Palma. A esta hora todos los recursos de emergencias disponibles están preparados para vivir una noche en vela pasada por agua, especialmente, en los municipios que se alinean en el entorno del Valle de Aridane. Lo que empezó con un chispi y chispi en cuestión de minutos ya dejaba más de 13 litros por metro cuadrado en algunos enclaves de la Isla Bonita. Al mediodía los datos aún estaban lejos de los registros que se alcanzaron avanzada la tarde-noche: El Paso (109 litros mm), Roque de los Muchachos (108,8); Puntagorda (66,4) o Tijarafe (44 litros por metro cuadrado) eran los puntos más críticos de una jornada lluviosa que no fue uniforme. Y es que mientras en una vertiente caía la del pulpo, en la capital la cosa no iba a más allá de un chaparrón generoso: en el aeropuerto de Mazo (26,8 litros mm) llovió cuatro veces menos que en Los Llanos de Aridane. Una imagen que nada tenía que ver con el agua corriendo en tromba en dirección a las desembocaduras de Tazacorte, donde el mar recibió los caudales desbordados de los barrancos de Las Angustias y Tenisca. Recursos naturales perdidos. Y es mucho antes de que se anunciara el diluvio las balsas palmeras se encontraban al 19% de su capacidad, siendo las que mayor reserva hídrica tenían las infraestructuras de Cuatro Camino (58%), Manuel Remón (52%) y Bediesta (51%). La lluvia, pues, era esperada con cierta ansiedad por la gente del campo, aunque también pudo llegar mejor repartida y no toda de golpe.

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