Los analistas de mercados están inquietos en este cierre de semana. Las criptomonedas y bitcóin en particular están en el centro de los seguimientos. El consenso de los analistas apuesta por que la tendencia alcista a largo plazo se mantiene intacta pese a los últimos altibajos. Pero desde el análisis chartista, ese que intenta dibujar tendencias futuras basándose en las relaciones entre oferta y demanda acumuladas en el tiempo, se concluye que a corto plazo la cotización de bitcóin mejoraría si se recupera el soporte roto en 107.370 dólares. Si el nivel de 96.950 falla, la siguiente zona de soporte importante podría entrar en juego entre 85.600 y 91.920. Es pues momento crucial.
Lale Akoner, analista Global de Mercados de eToro, considera que la estructura de mercado de bitcoin está madurando. El antiguo ciclo de auge, reducción a la mitad y caída de cuatro años, está desapareciendo. Con más del 93% de bitcoin ya minado, las reducciones a la mitad ahora influyen más en el sentimiento del mercado que en la oferta. Inversores institucionales como BlackRock, Fidelity y ARK están adquiriendo bitcóin mientras que los operadores apalancados se retiran. En este contexto, las posiciones de estos grandes inversores institucionales que entraron en el mercado en los últimos tiempos sirven de punto de referencia para determinar las cotas por las que es improbable que siga el desplome de la cotización.
Transferencia de poder
La situación es descrita por Akoner como de «silenciosa transferencia de poder», ya que los bitcóin están pasando de los especuladores a los inversores institucionales. Según eToro, unos 400.000 bitcóins han pasado de manos de inversores a largo plazo a inversores institucionales en tan solo el último mes. Cada caída se recibe con acumulación, no con pánico. Para Akoner la situación es que a las ventas de bitcóin suceden compras de grandes grupos de inversión. Así, la volatilidad se está reduciendo, situándose ahora por debajo del 30%, un nivel no visto desde antes de la era de los ETF, lo que indica que bitcóin se comporta más como un activo estructural que como uno especulativo. Está comenzando a desvincularse del oro y del Nasdaq, moviéndose a su propio ritmo.
Burbuja o refugio
Frente a los que afirman que la burbuja actual de los mercados afecta también a bitcóin, otros consideran que la criptomoneda se reivindica como un refugio para inversores y que su evolución eludirá los altibajos alarmantes del pasado. Las recuperaciones son más rápidas, las caídas menores y la convicción de las compras más sólida. Ethereum y Solana se están consolidando como las dos principales vías hacia el futuro tokenizado, impulsando las ‘stablecoins’, los activos del mundo real y la infraestructura DeFi (finanzas descentralizadas vía blockchain). Pero bitcóin siempre será la criptomoneda más convincente desde un punto de vista técnico. Salvo que los ordenadores cuánticos aceleren su llegada y pongan en evidencia la encriptación.
Etapa de indecisión
Tras un octubre difícil, bitcóin entró en una etapa de indecisión, demostrando escasa seguridad de los inversores a la hora de mantener el soporte de los 100.000 dólares. No existe pánico, pero tampoco excesivo entusiasmo comprador. Durante gran parte del año, las instituciones fueron el pilar de la legitimidad y el precio de bitcóin. Los ETF (fondos cotizados en bolsa), en conjunto, captaron más de 25.000 millones de dólares, según datos de Bloomberg, elevando sus activos hasta aproximadamente 169.000 millones de dólares. Sus constantes inversiones contribuyeron a redefinir el activo como un diversificador de cartera, una cobertura contra la inflación, la devaluación monetaria y la inestabilidad política. Pero sin inminentes previsiones de subidas, el atractivo de bitcóin decrece.
Necesidad de plusvalías
Markus Thielen, director ejecutivo de 10X Research y exgestor de cartera en Millennium Management LLC, observa crecientes señales de fatiga. Algunos inversores profesionales, argumenta, están perdiendo la paciencia tras la decepcionante ganancia del 10% del bitcóin este año, muy por debajo del rendimiento del oro o las acciones tecnológicas. Y si el precio comienza a caer nuevamente, según Thielen, es probable que los asesores de riesgo insten a los clientes institucionales a reducir sus posiciones hasta fin de año. El fin de año podría comportar movimientos de ajustes de carteras y los fondos podrían decidir que es mejor estar en empresas relacionadas con la inteligencia artificial que en bitcóin, un activo que todavía tiene que demostrar que es más refugio que destino de especulación.
Previsiones
Thielen advierte de que si el bitcóin cae hacia los 93.000 dólares (un nivel técnico clave), más inversores institucionales podrían verse obligados a vender de cara al cierre del año. «Hay un gran vacío donde mucha gente pierde dinero rápidamente», dijo. «Los inversores con balances más débiles podrían tener que liquidar sus posiciones». Citigroup Inc. observa señales de alerta similares. «Mi impresión es que los nuevos inversores son cautelosos y no hay mucha urgencia por invertir», comentó Alex Saunders, jefe de macroeconomía cuantitativa de Citi Research. «Tal vez la gente haya perdido el entusiasmo», informa Bloomberg.
Citi detecta que las llamadas «ballenas» de bitcóin —billeteras con más de 1.000 bitcóin— están disminuyendo gradualmente. En contraste, el segmento de inversores minoristas, aquellos que poseen menos de un token, ha experimentado un repunte. Grandes tenedores se van y llegan institucionales y particulares. El término «ballenas» puede referirse a una amplia gama de poseedores, desde los primeros inversores que compraron bitcóin cuando se cotizaba a unos pocos dólares hasta cuentas institucionales y exchanges. Los movimientos de billeteras no siempre indican una venta directa; los grandes poseedores a menudo transfieren fondos entre billeteras por motivos de liquidez o custodia.
Los analistas del exchange de criptomonedas Bitfinex advierten de que estos periodos de reequilibrio «suelen reajustar el posicionamiento y la volatilidad antes del siguiente impulso alcista, una vez que mejoran las entradas de capital y las condiciones de liquidez». En cualquier caso, la inquietud actual es preludio de algún tipo de movimiento. Habrá que esperar para saber si será a la baja o al alza.
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