Xi Jinping ofreció este miércoles en Pekín, en el Gran Palacio del Pueblo, una cena de gala a los Reyes, con motivo de la visita de Estado que los ha llevado a China esta semana. En el brindis, Felipe VI pronunció un breve discurso en el que proyectó una imagen de alianza madura entre dos países que buscan actualizar su entendimiento en un escenario internacional convulso. “En el diálogo sobre cómo afrontar los grandes retos globales, la voz y el compromiso de China tienen y tendrán una enorme importancia”, subrayó el Monarca ante el presidente chino reconociendo el poderío del país asiático.
«Una amistad bien forjada borra la lejanía», dice Xi sobre la relación bilateral antes de recordar el refrán español “quien tiene un amigo, tiene un tesoro”
Felipe VI repasó la historia compartida de contactos entre España y China, después de 50 años de relaciones diplomáticas: desde la visita de los reyes Juan Carlos y Sofía en 1978 hasta el viaje que él y la reina Letizia realizan ahora, el primero como jefes de Estado. Recordó la inauguración del Instituto Cervantes de Pekín en 2006 y el fortalecimiento de la Asociación Estratégica Integral, que cumple 20 años. “Han sido décadas de construcción paciente, de encuentros y acuerdos, de respeto mutuo entre dos civilizaciones de raíces milenarias”, dijo.
Comercio y turismo
El Monarca puso especial énfasis en la dimensión económica y cultural de la relación bilateral. China es hoy el principal socio comercial de España fuera de la Unión Europea, con un intercambio que superó los 50.000 millones de euros en 2024 (aunque muy desnivelado, en favor de las exportaciones que hacen los chinos). Destacó la presencia de inversiones chinas en energías renovables y vehículos eléctricos, y de empresas españolas en sectores como la energía, la consultoría y los servicios. También celebró el crecimiento del turismo: cerca de 650.000 visitantes chinos viajaron a España el año pasado, atraídos por la gastronomía, el patrimonio y el clima mediterráneo.
Felipe VI reservó un tramo de su discurso para subrayar los valores que, a su juicio, definen a la sociedad china: la perseverancia, el pragmatismo y el afán de superación. Rasgos que, dijo, explican la continuidad de una civilización que ha sabido adaptarse a los cambios sin renunciar a su identidad. Pero el mensaje central de la intervención giró en torno al futuro. En un contexto global de tensiones y desafíos comunes, el Rey defendió el multilateralismo, la cooperación y la búsqueda de un orden internacional basado en normas. “No olvidemos las duras lecciones del siglo XX. No abandonemos jamás la búsqueda de la concordia”, advirtió, citando su reciente intervención ante la Asamblea General de la ONU. También anticipó un nuevo plan de acción entre Madrid y Pekín que incluirá acuerdos en innovación, agricultura, ciencia y universidades.
Por su parte, Xi destacó en su intervención ante Felipe VI y Letizia y las respectivas delegaciones la contribución constante de la familia real española al fortalecimiento de los lazos entre ambos países. Subrayó que el 20º aniversario de la Asociación Estratégica abre una nueva etapa de cooperación con beneficios mutuos y más oportunidades para la paz y la prosperidad. “Una amistad bien forjada borra la lejanía”, dijo, recordando el refrán español “quien tiene un amigo, tiene un tesoro”. Agradeció los esfuerzos de los Reyes y expresó su convicción de que la amistad entre China y España será duradera. Cerró su discurso con un brindis por los pueblos de ambos países y por la salud de los monarcas.
El menú de la cena
El banquete, servido bajo los grandes techos dorados del Palacio, incluyó una muestra de refinamiento y simbolismo: sopa de pollo con mejillones, langosta frita, pato laqueado de Pekín, mero en sopa de tomates amarillos, arroz frito al estilo de Yangzhou y un postre con hojaldre crujiente en forma de magnolia, mousse de naranja y helado.
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