Pasadas las nueve de la noche, en una reunión extraordinaria y poco habitual de la Mesa del Congreso, se calificaron este martes las enmiendas introducidas por el Senado —gracias a la mayoría absoluta del PP— a la Ley de Movilidad Sostenible.
Entre ellas destaca una que pretende alargar la vida de las centrales nucleares de Almaraz (Cáceres), Ascó (Tarragona) y Cofrentes (Valencia), cuyo cierre ya había sido programado por el Gobierno de Sánchez para comenzar en 2027.
Según la portavoz de Podemos, Ione Belarra, esta enmienda supone «un obús dentro de la norma». Socios del Gobierno como Sumar o Compromís han pedido al Ejecutivo que la desactive.
El Ejecutivo dispone ahora de 24 horas para registrar un posible veto. Y el Ministerio de Hacienda puede vetarla si considera que afecta al Presupuesto. Pero fuentes socialistas admiten que la prórroga de las nucleares «no tiene recorrido presupuestario».
Por ello, el Gobierno no prevé registrar ningún veto en ese sentido, lo que permitirá que este jueves la enmienda se someta a votación en el Congreso.
Si es aprobada por la Cámara Baja, quedará finalmente incorporada a la Ley de Movilidad Sostenible, aunque no tendrá efectos prácticos inmediatos, ya que la decisión última sobre el cierre corresponde al Ministerio de Transición Energética y al Consejo de Seguridad Nuclear.
El problema para el Gobierno es que Junts respalda la prórroga de la central de Ascó, a lo que se suma la ambigüedad de ERC, que ya se ha abstenido en alguna proposición no de ley sobre esta cuestión.
En el PSOE temen que este sentido del voto se repita y que la enmienda de los populares acabe prosperando.
El PP ha registrado este texto en plena precampaña de las elecciones extremeñas. La presidenta regional, la popular María Guardiola, ha exhibido su apoyo a la prórroga de Almaraz, de la que dependen 4.000 empleos.
Algo a lo que se unen las propietarias de la central.
Este asunto ha generado una división en el PSOE: su líder regional, Miguel Ángel Gallardo, también defiende la continuidad de la central cacereña. Por eso, la polémica y el voto en contra de los socialistas a esta enmienda tendrán un impacto directo en la campaña para los comicios del 21 de diciembre.
De hecho, Pedro Sánchez ha matizado el calendario de cierre, asegurando que está abierto a modificarlo, aunque forma parte de los compromisos pactados con sus socios de investidura.














