Un cambio que obliga a mirar al techo del coche
Durante años, llevar un triángulo en el maletero ha sido sinónimo de cumplir con la normativa. En caso de avería o un accidente, el método de actuar era claro: chaleco reflectante, caminar por el arcén y colocar el triángulo a una distancia prudente. Tras la nueva implementación de la DGT, esa rutina desaparecerá.
La DGT ha confirmado que, a partir de 2026, será obligatorio llevar una baliza luminosa V‑16 con capacidad de conexión, capaz de enviar la ubicación del vehículo a la plataforma digital de tráfico. Su objetivo es claro, evitar que los conductores salgan del coche, minimizando así el riesgo de ser atropellados en autopistas y carreteras rápidas.
Un dispositivo que pretende ser más visible y seguro
La nueva baliza se activa con solo pulsar un botón y se coloca en el techo del coche. Emite una luz intermitente visible incluso a grandes distancias (algunos modelos alcanzan hasta un kilómetro) y, además, está conectada al sistema DGT 3.0, lo que permite avisar al resto de usuarios de la vía en tiempo real.
Los fabricantes, defienden que este dispositivo es un paso gigante respecto al triángulo. No es necesario salir del vehículo, se ve mejor en condiciones de baja visibilidad y no depende del entorno para funcionar. Todo parece indicar que se trata de una herramienta más eficaz y adaptada a la actualidad.
Ventajas según los impulsores del cambio
- Evita que el conductor tenga que abandonar el coche en plena vía.
- Mayor visibilidad en entornos complejos o con baja iluminación.
- Transmisión de la ubicación a servicios de emergencia y a otros vehículos conectados.
Pero hay matices que no convencen a todos
Algunos expertos en seguridad vial han pedido cautela. Recuerdan que, aunque el dispositivo sea prometedor, no se ha puesto a prueba en situaciones reales. Las curvas cerradas, las carreteras secundarias o los días de intensa niebla siguen siendo contextos en los que la visibilidad puede ser un problema, incluso para una luz intermitente en lo alto de un vehículo.
También hay dudas sobre la autonomía de algunas balizas. Muchos modelos funcionan con pilas y tienen un tiempo de uso limitado, que podría agotarse antes de que llegue la asistencia. A eso se suma que, en ciertas condiciones de luz (como al amanecer o con el sol de frente), la señal luminosa puede perder eficacia, >aunque la conectividad sea una ventaja para localizar al vehículo.
Preocupaciones desde el terreno
- Escenarios donde la luz podría no ser detectada a tiempo.
- Limitación por batería o fallos técnicos inesperados.
- Desaparición del triángulo como complemento de advertencia anticipada.
- Falta de control sobre el uso o manipulación del sistema conectado.
Incidentes recientes reabren el debate
En los últimos meses, varios agentes han reportado casos en los que la baliza no fue vista por otros conductores, lo que provocó maniobras de riesgo. Esto ha reavivado la discusión sobre si su implantación debería ser progresiva o acompañarse de un periodo en el que ambos sistemas —baliza y triángulo— puedan convivir.
Más allá de la tecnología, muchos coinciden en que no existe una solución perfecta. Las condiciones de cada vía, la climatología o incluso el tipo de vehículo pueden exigir métodos distintos de señalización. La flexibilidad, apuntan, debería formar parte de cualquier política pública en materia de tráfico.
Qué hacer antes de que sea obligatorio
La normativa aún permite circular con triángulos, pero ya no se recomienda esperar hasta el último momento. Adquirir una baliza homologada, comprobar su autonomía y familiarizarse con su uso son pasos clave antes de que el cambio sea definitivo.
Además, es importante recordar que su colocación debe hacerse desde el interior del vehículo —siempre que sea posible— y que llevar el chaleco reflectante sigue siendo obligatorio en cualquier intervención en carretera. En vías secundarias o con visibilidad reducida, algunos expertos incluso aconsejan seguir usando el triángulo como refuerzo adicional.
Una medida útil, pero no infalible
La llegada de la baliza V‑16 representa una apuesta por reducir el número de víctimas en situaciones de emergencia, algo que todos comparten. Sin embargo, aún quedan dudas por resolver: desde la eficacia real en condiciones adversas hasta la fiabilidad de su conexión y la necesidad de campañas de información para el conductor medio.
Obligar a sustituir los triángulos por un nuevo sistema solo será útil si se comprueba que la medida funciona en todos los contextos. De lo contrario, podría dejar de ser una solución y convertirse en un nuevo problema.














